Sin instituciones fuertes, ágiles y modernas será difícil llevar a cabo la demandante agenda de reformas estructurales que requiere República Dominicana para su desarrollo. En materia de administración pública, el gobierno tiene dificultades para dar seguimiento a sus prioridades y metas por los rezagos en planificación y en los sistemas de gestión e información del sector público.
El servicio civil ha aumentado aceleradamente sin producirse una mejora en la calidad de los servicios públicos, mientras que la sociedad dominicana ha perdido la confianza en las instituciones públicas, considerando la corrupción como el problema más importante del país.
Así lo dio a conocer el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través del estudio: Oportunidades para un desarrollo sostenible, inclusivo y resiliente, donde señala que los sistemas de control del Estado, como la Contraloría General de la República y la Cámara de Cuentas, presentan debilidades institucionales para cumplir adecuadamente sus funciones.
De acuerdo al informe, el país ocupó la posición 129 de 180 países en el Índice de Percepción de Corrupción del 2018, convirtiéndose en el principal obstáculo para el desarrollo de la República Dominicana. Un reporte de la agencia EFE cita un informe de Americas Society /Council of the Américas (AS/COA) y Control Risks, que da cuenta de que el país escaló tres puestos, del 13 al 10, en el ranking de Capacidad para Combatir la Corrupción (CCC), que destaca los últimos esfuerzos para enfrentar la práctica.
El estudio del BID muestra también que las cuentas fiscales de República Dominicana presentan serios desequilibrios desde hace más de una década, empujando al alza la deuda del sector público, mientras que el gobierno ha realizado esfuerzos para revertir esta tendencia, fortaleciendo la administración tributaria y controlando el gasto público.
El país se encuentra rezagado en materia de gobernanza regulatoria y en la gestión del gobierno electrónico. Los ciudadanos y empresas enfrentan una pesada carga regulatoria y de trámites lentos y costosos, cita el estudio.
Según el BID, a esta situación se suma el choque de la pandemia, pues la reducción de la actividad económica generada por las medidas de contención de covid-19 implicará una merma significativa de las recaudaciones. Al mismo tiempo, señala, se requiere un mayor nivel de gasto para la salud, protección social y apoyo al tejido económico.
Confianza
Según un estudio de World Justice Project (2019), citado por el BID, muchos de los hechos delictivos quedan impunes debido al acceso desigual, la baja calidad e ineficiencia en la provisión de justicia civil y penal. Considera que la percepción sobre la calidad de estos servicios en el país es una de las más baja de América Latina, situándose en las posiciones 24 y 20, respectivamente, de 30 países en la región.
Destaca, además, la falta de protección a las mujeres ante el incremento de denuncias por violencia de género, intrafamiliar y delitos sexuales no atendidas.
Por otro lado, el estudio plantea como retos pendientes para la sociedad dominicana, la poca confianza en la policía, y la sobrepoblación en el sistema penitenciario. En este sentido, el organismo regional recomienda atender los problemas de corrupción en el sector público mediante el fortalecimiento de los órganos de control interno y externo del Estado, dotándolos de recursos necesarios y generando capacidades para la implementación de la normatividad y la persecución efectiva del delito.
Igualmente, recomienda revisar el marco regulatorio sobre conflictos de interés en la administración pública y el sistema de declaraciones patrimoniales de los funcionarios públicos y del servicio civil.
Potencial productivo
Según el Índice de Competitividad Global, la economía dominicana ha mejorado al pasar del lugar 98 al 82 de 141, entre el 2016 y el 2019. Sin embargo, el potencial productivo del país se ha limitado por sus bajos niveles de productividad, lo que representa un reto para el aparato productivo nacional.
Otra de las debilidades que señala el estudio del BID es que el sector exportador crece poco, se vincula débilmente con la economía local y su oferta es poco compleja y de bajo valor agregado. Señala que esto genera una pobre inserción del tejido empresarial en las cadenas globales de valor, lo que ha limitado el progreso técnico y la capacidad de innovación.
Así mismo, destaca que la inversión extranjera directa (IED) se concentra en los sectores no transables y las zonas francas, con mínima vinculación con el resto de las empresas dominicanas.
Turismo, otro sector clave
De acuerdo al organismo la pandemia de covid-19 ha frenado en seco el turismo dominicano, poniendo en duda la supervivencia de una gran parte de la oferta por la incertidumbre respecto al horizonte en que será posible reanudar las actividades de manera segura en el país, en un sector que se caracteriza por una alta concentración de la demanda en Norteamérica y Europa Occidental.
Otros retos que presenta el estudio presentado por el BID es el desarrollo de infraestructura sostenible, especialmente en el sector eléctrico. A su entender, es una de las tareas pendientes para aumentar la competitividad del país.
De acuerdo al informe, las empresas del país enfrentan un servicio eléctrico de difícil acceso, altos costos y baja calidad. Para tener conexión las empresas realizan un gran número de procedimientos (7 contra 5.5 en ALC), con largos tiempos de espera (67 días contra 66 en ALC) y luego el suministro es insuficiente y poco confiable.
En promedio, el servicio se interrumpe 2.6 horas diariamente, lo que equivale a decir que un 11% de la demanda de energía no se abastece. Además de que los costos de la energía son altos porque todavía un 40% de la generación proviene de combustibles fósiles importados y por las significativas pérdidas técnicas y operativas de la distribución y comercialización de energía.
“En 2019, el gasto operativo en exceso de lo establecido en el Pacto Eléctrico costó al país alrededor de US$200 millones. Las pérdidas en la distribución por encima de la meta del 15% de la energía comprada costaron alrededor de US$220 millones. Las brechas en los servicios provistos por la infraestructura de transporte y logística también reducen la competitividad”.
Transporte sostenible
Según el estudio presentado por el BID, los costos que enfrentan las empresas para transportar y exportar sus mercancías son altos. Afirma que el transporte automotor de carga (TAC) es el cuarto más caro de América Latina y el Caribe. Señala que las deficiencias en la infraestructura comercial y aduanera generan que los costos de exportación en puertos puedan ser hasta un 50% superior a los registrados por economías similares, como Panamá.
Así mismo, establece que la brecha en los servicios de infraestructura de transporte también se hace evidente a través de una insuficiente conectividad de la red vial, especialmente en ámbito rural entre centros de producción, distribución y consumo con los nodos de importación y exportación, donde la productividad de empresas y trabajadores se ve afectada por los mayores costos de transporte y tiempos de traslado.
“En el Gran Santo Domingo los tiempos de viaje son de más de una hora y los gastos de transporte representan alrededor del 25% del ingreso de los usuarios. Esta proporción es alta en comparación a otras ciudades como Bogotá (16%) y Montevideo (8%)”, destaca el BID.
En este sentido, recomienda impulsar la movilidad activa (peatón y bicicleta) y la implementación de horarios variables en empresas privadas, instituciones públicas y escuelas para desconcentrar los picos de movilización en horas específicas de la mañana o tarde y así reducir la congestión.
Así mismo, sugiere reorganizar el sistema de transporte público urbano hacia el transporte masivo de alta capacidad, potenciar los procesos de formalización empresarial de los sindicatos, y los esquemas de renovación vehicular hacia transporte masivo de tecnologías más limpias.
Debilidades
De acuerdo a los datos suministrados en el estudio, la infraestructura de agua es muy vulnerable ante inundaciones y sequías e insuficiente para las exigencias de la agricultura o de determinadas zonas de carácter turístico, lo que compromete su calidad y suministro ahora y, especialmente, en el futuro.
Así mismo, señala que la cobertura de los sistemas de alcantarillado y saneamiento es muy baja, apenas 20% en zonas urbanas y menor en las zonas rurales. Para el BID, el nivel de consumo per cápita es elevado y ha aumentado la contaminación de las fuentes de agua por la mala disposición de los afluentes y de los residuos sólidos.
La infraestructura de disposición final de desechos sólidos es inadecuada, contando con alrededor de 358 vertederos a cielo abierto que conllevan significativos impactos ambientales, concluye el informe.
Financiamiento productivo
Según el estudio presentado por el BID. en el país se provee menos crédito al sector privado como porcentaje del PIB (26.6% en 2019) que en Honduras (64.7%), Costa Rica (60.5%) y El Salvador (50%). Este se destina principalmente a las grandes empresas (50%), dejando poco espacio a las Mipymes, las cuales representan el 99% de las empresas existentes, aportan cerca del 39% de la riqueza nacional y la mayoría de los empleos (2.2 millones).
Muchas de estas empresas son informales y el riesgo de su actividad es alto, generando menos oferta de crédito; en particular, para las del sector agrícola y las innovadoras y emprendedoras.
Ante esta realidad, el organismo regional sugiere ampliar la cobertura de crédito para Mipymes como líneas de financiamiento y fondos de garantías de crédito, y aumentos en las líneas de préstamos concesionales, incluyendo la reestructuración de deudas para evitar quiebras de empresas viables durante la emergencia sanitaria.
Educación, salud e infraestructura
De acuerdo a las recomendaciones hechas por el BID, República Dominicana debe mejorar el gasto público, invertir más en salud, educación e infraestructuras para continuar liderando la región.
Para la institución, el crecimiento económico exhibido por el país ha permitido, además, cerrar la brecha per cápita con relación a la región, recibiendo uno de los niveles de inversión más alto respecto al producto interno bruto (PIB), y el nivel de empleo alcanzó el 60% de la población en edad de trabajar, superior a la media de la región.
¿Cuáles son las medidas necesarias para que el país sea el modelo del siglo 21? Desde la perspectiva del BID, para avanzar hacia una mayor inclusión y bienestar social y económico es necesario abordar tres desafíos fundamentales: capital humano, capacidad institucional y transformación productiva.
En este estudio se destaca la necesidad de incrementar el gasto público en salud en el primer nivel de atención, en prevención y promoción de la salud, así como mejorar el financiamiento del resto del sistema mediante el uso eficiente y transparente de los recursos.
Fortalecer la sala de situación del Ministerio de Salud Pública (MSP), de manera que sea posible hacer un monitoreo continuo al perfil epidemiológico de la población, con el fin de facilitar la toma de decisiones ante futuros brotes y lo que se pueda requerir como parte de la etapa post pandemia.
Establecer los mecanismos de evaluación de los efectos de las medidas de control de covid-19, tanto en la curva epidémica como en la oferta de servicios de salud, y otros aspectos relevantes, concluye el estudio.
Primera infancia
Según los datos ofrecidos por el BID, a pesar del avance alcanzado para reducir la mortalidad materna e infantil, el 98% de las defunciones que ocurren en los centros de salud son por causas prevenibles.
De acuerdo a las estadísticas, el país se situó en el último lugar (de 82 países) en el desempeño en la prueba del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA) 2018 para matemáticas y ciencias, y en penúltimo lugar para lectura. Entre las principales causas de estos rezagos se destacan el bajo desempeño docente, las ineficiencias del gasto público en el sector y la falta de cobertura para algunos niveles y zonas del país.
Sector exportador crece poco
Según el estudio presentado por el BID, estas serían las oportunidades que el gobierno debe aprovechar para mejorar sustancialmente las exportaciones dominicanas:
- Promover actividades productivas de exportación y de internacionalización de empresas con estrategias de diversificación de los socios comerciales, productos y servicios.
- Apoyar a los sectores y empresas con potencial de exportación en la diversificación de mercados y acceso a nuevos clientes,
- Fomentar los encadenamientos productivos, vinculando las inversiones extranjeras con proveedores locales a través de certificaciones, estándares de calidad, etc.
- Modernizar el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD), quizá en un modelo público-privado, y adecuarlo a las mejores prácticas internacionales.
Gastar más, mejor y responsablemente
Uno de los principales retos, de acuerdo al informe del BID, es mejorar y aumentar la eficiencia del gasto para mejorar la equidad y promover un crecimiento sostenible en el país.
Como señalan las estadísticas, el gasto público es bajo en comparación con el promedio regional (17% del PIB contra un 30% del PIB), lo que se refleja en la deficiente cobertura y calidad de los servicios básicos y en las brechas de infraestructura.
Asimismo, destaca que el gasto es altamente rígido, con la mayoría de los recursos comprometidos por leyes especiales, la nómina pública y el servicio de la deuda.
Por lo que el BID recomienda mejorar la eficiencia técnica del gasto público en la prestación de servicios básicos depurando la nómina, racionalizando la contratación de empleados administrativos y priorizando los perfiles adecuados mediante el proceso de selección por mérito.
Así mismo recomienda apoyar reformas que ayuden a reducir el monto de los subsidios y mejorar la focalización de las transferencias públicas hacia los hogares más pobres y vulnerables.
Realizar análisis de costo-efectividad de las políticas públicas implementadas o por implementarse y hacer una racionalización de los programas vigentes para reducir duplicidades e inconsistencias, así como fortalecer el proceso presupuestario y la transparencia en la gestión y uso de los recursos públicos, concluye el informe.
Más capital humano
El estudio señala como factores importantes el desarrollo de la población en sus niveles de escolaridad y esperanza de vida, pero que aún persisten importantes rezagos en cada etapa del ciclo de vida: en la infancia, los dominicanos se enfrentan a altas tasas de mortalidad materna e infantil.
Según el organismo regional, el país aún tiene tareas pendientes en materia de salud, entre los que se citan:
Enfermedades crónicas. En la actualidad, existe un aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles (cáncer, diabetes, etc.), mientras persisten enfermedades infecciosas endémicas como dengue, malaria, tuberculosis, entre otras.
Sobrepeso. A medida que el país ha incrementado su nivel de ingreso se han generado nuevos riesgos y problemas en la salud pública como altas tasas de sobrepeso (56%) y obesidad (34%).
Accidentes de tránsito. Más accidentes de tránsito (34.6 muertes por cada 100,000 habitantes en 2016).
Contaminación ambiental. La contaminación ambiental causa 50 muertes por cada 100,000 habitantes contra 47.4 en ALC.