Hace bien el presidente Luis Abinader en convocar al liderazgo político en procura de alcanzar el consenso que dé como resultado la aprobación de al menos una docena de reformas que necesita el país.
El consenso siempre es positivo, pero hay situaciones en que, si bien es conveniente escuchar las opiniones de todos los sectores posibles, se requiere de voluntad política y decisión firme para emprender necesarias reformas, pues no es posible alcanzar el acuerdo de todas las partes, especialmente cuando se trata de normativas de alta incidencia social, política y económica.
El presidente Abinader tendrá que aplicar, en algunos momentos, más voluntad política que consenso, para lograr la realización de determinadas reformas donde se hace difícil la concertación generalizada. En caso contrario, puede que pasen los próximos tres años que le quedan a la presente gestión y se avance poco en el anhelado consenso para las reformas.