Los fondos de pensiones son necesarios para garantizar un retiro digno. De la cantidad de cuotas y aportes dependerá el monto que recibirá mensualmente cada trabajador al momento de pausar su vida productiva, por lo menos en términos formales.
En balance presentado en febrero por la Superintendencia de Fondos de Pensiones (Sipen) generó preocupación en la opinión pública porque por primera vez se registró una disminución en el volumen acumulado. Y está bien que haya preocupación. Esta reacción es un indicativo de que la población, en especial los trabajadores, están atentos a lo que sucede con estos recursos, los cuales servirán para garantizar una vejez digna.
¿Qué pasó realmente? El tema parece ser de simple matemática. No se trata de una decisión de alguien en particular. Las administradoras de fondos de pensiones (AFP) están obligadas, por ley, a garantizar un rendimiento del dinero gestionan de sus afiliados. ¿Cómo lo hacen? Invierten en instrumentos financieros que les generen beneficio que habrán de servir para que la pensión sea mejor.
Sucede que entre las inversiones hay un porcentaje que se hace en moneda extranjera, específicamente en dólares, y el peso dominicano se ha apreciado cerca de un 4.6% en lo que va de año. Esta apreciación puede ser buena para quienes tienen inversiones en pesos, pero no para que los que apostaron al dólar. Por suerte, esta situación es coyuntural.
Si las AFP compraron dólares a RD$57.50 en enero y ahora la tasa está a menos de RD$55.00 por uno, quiere decir que eso se reflejará en las pensiones, toda vez que los balances deben presentarse mensualmente en pesos. Hay que hacer énfasis en que esta situación habrá de cambiar para positivo en lo adelante por dos razones: el aumento natural de los aportes y porque la tasa de cambio se ha estabilizado.
Es oportuno recordar que por cada RD$100.00 que ingresan a la cuenta de capitalización individual del afiliado, el empleado aporta menos de 3% y el empleador cerca de un 7%. En términos reales, la mayor parte de los fondos de pensiones (más del 60%) son producto de dos variables: La gestión de las AFP, porque el rendimiento se capitaliza a favor del empleado, y por el aporte que hacen los empleadores.
Tener una moneda fuerte o débil quizá no sea el objetivo primario de un país. Lo positivo y lo deseable es que sea competitiva. El dólar, euro, libra esterlina, para mencionar casos de monedas duras, y el yen, yuan, rupia y dinar iraquí, que por su relación con el dólar resultan más competitivas, podrían ser casos de análisis para quienes gustan de analizar algunos fenómenos económicos.
El peso dominicano se ha apreciado frente al dólar de Estados Unidos y eso, por las circunstancias que fuere, ha perjudicado momentáneamente el monto de los fondos de pensiones. Es un tema matemático, es decir, no depende ni siquiera de los actores del sistema.