No solo por no tener dinero se deja de no hacer los seguros que necesitamos, tal vez desconocer realmente su necesidad, nos hace tan desconfiado y receloso a la hora de comprar las coberturas, para proteger los bienes que nos han costado dinero y tiempo obtener, y que son amenazados por los riesgos de la naturaleza y el accionar del hombre en su afán de transformarlo todo, buscando siembre la satisfacción de nuestras necesidades reales y creadas.
Cada vez son más los riesgos que inciden sobre los bienes y servicios. Todos sabemos que los riesgos catastróficos son latente y creciente, pero más aún están los riesgos producto de nuestras acciones, de nuestras inobservancia, errores e imprudencia. Y crecen mientras más crecen nuestras capacidades y movilidad, haciéndose cada vez más importe y necesario contar con las coberturas que impedirán volver al inicio sin los recursos para recuperarnos o cumplir con nuestras más importantes responsabilidades.
República Dominicana cuenta con un mercado de seguros confiable, por lo que es una imprudencia, tener los bienes y la responsabilidad de cubrirlo y no acudir a la protección. Los que acuden a los financiamientos, se ven obligado a cumplir con los bancos, la imposición de un endoso de sección para otorgarle las garantías necesarias de pago en caso de danos que impidan el cumplimiento de los pagos, pero no siempre son bien diseñadas las coberturas. Y muchos no se ven obligado otorgar estas garantías, quedándose sin las protecciones correspondientes.
Nos estamos acercando a la temporada ciclónica, y cada año son manos predecibles, y la mejor cura para los desastres son los seguros y tenemos la gran oportunidad de que el mercado nuestro cuenta con las opciones suficientes para guarecernos de la incertidumbre, pero si analizamos las grandes pérdidas que vienen ocurriendo, son cada vez más frecuentes, como son los riesgos cibernéticos, que amenazan nuestros países y empresas en América y están creciendo con mucha rapidez.
Estamos saliendo de los efectos de la pandemia del covid19, y nadie duda de la asistencia que para la humanidad resultaron los seguros, entonces tenemos una gran herramienta para no depender de la suerte al improvisar poniendo a riesgos nuestras inversiones y sacrificios de tantos años. Debemos acudir a la protección que nos ofrecen las aseguradoras.
La economía se robustece con una mejor conciencia y uso de seguros, porque, en primer lugar, esta la protección de nuestros bienes, nuestros objetivos y metas, que no serán eliminados o postergados por un siniestro, ya que tenemos la garantía de continuarlo, al recibir las indemnizaciones de una buena cobertura. Pero algo muy importante es que, las aseguradoras por mandato de la ley deben invertir una gran proporción de las primas como reservas, en instrumentos financieros que sirven de apalancamiento a otros proyectos económicos y sociales, incrementando el empleo y el bienestar social.