El gobierno ha decidido mantener el subsidio a los precios de los combustibles. Ayuda mucho porque es uno de los componentes de la inflación. Desde marzo lo viene aplicando y ya pasan de RD$25,000 millones.
La población se queja de los altos precios de los alimentos y de la tarifa del kilovatio hora de electricidad. Y hay razón.
El tema es que si esta situación se extiendo por lo que resta del año habrá que preguntarse hasta cuándo aguantará el Gobierno el subsidio de los combustibles. Ya el Banco Central ha hecho su parte con aumentar nuevamente la tasa de interés, lo cual es reconocible desde el punto de vista de su responsabilidad, pero los precios parecen no ceder.
La población más vulnerable, de su lado, sólo ve que sus ingresos no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas. A lo único que se puede acudir es a la razón. ¿A qué más?