[dropcap]N[/dropcap]adie que esté vivo está exento de pasar situaciones difíciles o de tomar malas decisiones; es parte de la vida. La mayoría de los seres humanos —por no decir todos—, en algún momento, han tenido que lidiar con las consecuencias de esas acciones y actitudes descontroladas que, en un instante, pueden cambiar la perspectiva de los demás hacia nosotros.
Bien lo decía el escritor suizo Henry F. Amiel: “cuida tu reputación no por vanidad, sino para no dañar tu obra, y por amor a la verdad”. La reputación es algo que se construye con el tiempo, en base a sus relaciones y comportamiento, pero que se puede destruir en la fragilidad de un minuto.
Un momento de ira, de estrés, podría desencadenar una actitud de irrespeto inconsciente hacia quien (o quienes) estén alrededor. Una discusión con un compañero, un maltrato, una mentira o actitud irreverente, tanto en el ambiente laboral, como en lo personal, podría ser la causa de pérdidas, entre ellas la pérdida de la reputación.
Recuperar la reputación después de un conflicto es una tarea un poco complicada, si se le agrega el peso de las redes sociales a las cuales casi la mayoría tienen acceso. Sin embargo, existen maneras de reparar una reputación perjudicada, pero primero se deben tener en cuenta dos cosas importantes: el deseo de recuperar la confianza y respeto de los demás, y la asesoría adecuada para lograr los resultados deseados.
Para restaurar una mala reputación es necesario hacer lo siguiente: Comience con una evaluación hacia sí mismo: ¿Quién es usted? ¿Qué es lo que hace? ¿Qué debe hacer para corregirlo? La importancia de hacerse estas preguntas radica en que una vez sabe cuáles son sus acciones frecuentes, se puede comprometer a mejorar o dejar de hacer lo que habitualmente hace y le perjudica.
El empresario Mike Muhney, coinventor y cofundador de la famosa compañía de programas de computación ACT (llamada hoy Sage ACT por sus nuevos propietarios), explica en una entrevista para el sitio web Forbes.com, que se necesita, si es necesario, obtener una segunda opinión, ya sea de algunos amigos de confianza o de los mismos compañeros de trabajo, que le puede dar un punto de vista más equilibrado de lo que ha hecho y lo que hay que hacer para solucionarlo.
Acepte su responsabilidad con humildad: una vez haya determinado en qué falló, sea responsable de sus actos y admita su error. Sea honesto, aun si el error fue debido a algún impulso descontrolado. Cuando se comete una falta es imprescindible dejar el ego a un lado y pedir disculpas.
Sea más amable: Para construir una reputación dañada es necesario reflexionar si perder su trabajo (o empresa) por una actitud irreverente es mucho más beneficioso que corregir su error. Sea usted un empleado o un líder es imprescindible que tome en cuenta que deberá exigirse a sí mismo un cambio. Por ejemplo: usted necesitará ser más amable y mostrarse más preocupado por los asuntos de sus compañeros o empleados.
A las personas les gusta saber que alguien se preocupa por ellos. Además, mientras recupera su reputación, usted deberá aceptar las opiniones de otros, tendrá que mostrarse atento ante las observaciones de sus compañeros y compartir los mismos o ciertos valores.
No espere que sus compañeros cambien su actitud hacia usted en un solo día. Una buena reputación se construye con el tiempo. Recuerde ser sincero en sus palabras y acciones. Las personas a su alrededor notarán fácilmente si está usted haciendo el esfuerzo porque realmente lo desea o no.
Comprométase a un cambio: Las personas (todas) tienen derecho a segundas oportunidades, pero muy rara vez se le suelen dar terceras. Según el escritor y líder experto en transformación corporativa Keith Wyche, la reputación solo se recupera una vez. “Cuando un líder dice que se reforma, y luego comete el mismo error, muy rara vez se le ve de nuevo. Sólo se puede cometer el mismo error una vez.” Para Wyche, la reputación es una forma de moneda que se utiliza para mantener el progreso. Si se propone un cambio, hágales saber a sus empleados o compañeros de trabajo sobre ese plan que tiene en mente ejecutar.
Haga evaluaciones regulares sobre usted: después de que usted haya comenzado a actuar mejor, pregúntele a sus compañeros qué tal lo está haciendo. Wyche considera que “este paso está enfocado en obtener información sobre su progreso. Hacer esto le demuestra a sus compañeros que usted está dispuesto y comprometido a dar lo mejor a largo plazo y no solo hasta que se olvide su fallo”. Recuerde que una reputación se construye con el tiempo y necesitará un esfuerzo constante para convertir sus nuevas actitudes en un hábito.
Cumpla lo que se haya propuesto: después de haberse analizado y obtenido información sobre usted, de sus compañeros de trabajo, procure mantener su palabra y cumplir lo que prometió. Si es usted un líder debe tener en cuenta que muchas miradas estarán detrás de usted y que debe de predicar con el ejemplo.
Sus compañeros o empleados requerirán tiempo para construir una mejor evaluación sobre su persona, pero usted puede ir dándoles ejemplos diarios que les ayuden a ir cambiando el concepto sobre usted. Henry Ford dijo una vez: “usted no puede construir una reputación a base de lo que va a hacer”. Es decir, si usted prometió que cambiaría ciertas actitudes o maneras de comportarse, demuéstrelo a diario.
Cambiarse de trabajo o no: Este, probablemente, ha sido el primer pensamiento que pasó por su cabeza después del conflicto. Si usted considera que a pesar de sus esfuerzos no consigue que los compañeros de trabajo cambien el concepto que tienen sobre usted, entonces quizás si es hora de irse.
Hay situaciones que indiscutiblemente no son tan fáciles de reparar, ni siquiera después de haberse disculpado honestamente. El tiempo es el mejor aliado, pero si a pesar de todo no consigue eliminar el mal recuerdo de su percance, entonces es tiempo de retirarse y tratar de recuperar su reputación comenzando de nuevo en otro lugar.
Aprenda de sus errores: para la experta y estratega internacional en gestión de talento Dorothy Dalton es importante analizar los contratiempos y pensar en cómo solucionarlos. “incluso las personas más exitosas han superado obstáculos. Si los mismos comentarios o acciones le han perseguido en varios lugares y están empezando a afectar su carrera, a menos que reconozca que el cambio es necesario, simplemente estará tomando el problema con usted a donde vaya y seguirá contaminando sus relaciones profesionales y dañando su reputación aún más”.
La manera más auténtica de obtener un resultado favorable al restablecer una reputación dañada es por vía de la sinceridad, la responsabilidad y la reevaluación de valores. Si usted es un empleado, recuerde que trabaja para alguien y que no solo su reputación se ve afectada, también la imagen de la empresa para la que trabaja.
Si usted es un líder, recuerde que es ejemplo para los demás y que su mejor ejemplo se lo dará a usted mismo al asumir una actitud humilde, responsable y abierta a la comunicación con sus empleados.