El presidente Luis Abinader tiene presión mediática en este año. Debe inaugurar obras que marquen su gestión al frente del Estado.
Es cierto que los primeros 18 meses de su gestión tuvo que utilizarlos para enfrentar los efectos de la pandemia del covid-19, pero la memoria popular es corta. La gente quiere ver lo de ahora, lo que tendrá efectos en sus vidas mañana.
Ahora bien, si aquello de que la presión es sólo mediática, posiblemente hay que decir algo: en sí mismo él también tiene presión. Y no es porque quiera complacer a los demás, él es consciente de que es su responsabilidad hacerlo bien, sino que posiblemente él sabe que es con él mismo con quien debe quedar bien.
Tiene planes políticos, como es lógico, pero su presión es real si se toma en cuenta que son los hechos tangibles los que hablarán de su gestión. ¿Qué pesa más al final de la jornada para su valoración?