Hay presiones en el mercado internacional de los productos cítricos. Los precios de las materias primas para hacer jugos, en cualesquiera de sus manifestaciones, están subiendo. Se debe fundamentalmente a dos variables: los efectos del clima sobre la producción y el rendimiento, pero también a una mayor demanda de parte los mercados, lo cual viene junto al proceso de recuperación económica.
La caída en la producción de algunos de los principales productores ha obligado a esos mercados, principalmente Estados Unidos y Europa, a impulsar sus importaciones de naranjas, mandarinas, limones y otros, principalmente desde Egipto, Israel y Grecia.
España, que es uno de los principales mercados, han tenido que enfrentar una reducción en su producción cercana al 17%, lo que también pone en jaque a la industria, la cual tendrá que acudir a las importaciones para cubrir la demanda. Como se ve, hay dos fenómenos combinados que distorsionan el mercado de cítricos: el clima, que no depende de una decisión humana, y por el otro lado está la demanda global producto de la recuperación del consumo, a pesar del lento desempeño que registran algunas economías.
Todo indica que habrá que prepararse para comprar los jugos procesados con precios ajustados, ya que, en el caso de República Dominicana, tampoco hay capacidad para producir toda la materia prima localmente. De hecho, en algunos casos hay un cambio en las fincas. La alta demanda, es decir, la presión sobre la oferta es un tema para considerar. El volumen total de naranjas importadas a la Unión Europea entre septiembre de 2022 y junio de 2023 fue de 816,370 toneladas, un 40% más que en la campaña 2020-21.
Con estas cifras, las naranjas representaron el 51% del total de las importaciones de cítricos, mientras que los pequeños cítricos tuvieron el 27% de la cuota, seguidos de los limones y los pomelos, con el 11% y el 10%, respectivamente.
Lo que está sucediendo con el mercado de los cítricos debería preocupar a más de uno. La industria local y el gobierno, tomando en consideración la importancia de estos productos en la dieta de los dominicanos, deberían buscarles alguna alternativa a los consumidores, pues serán quienes saldrán perjudicados.
Los jugos son un alimento de alta demanda y no tiene clase social por su preferencia. Ante lo inevitable, quizá, también sería factible una campaña de orientación respecto a la realidad del mercado de los cítricos para evitar malentendidos.