El economista y profesor chileno Felipe Larraín es un abanderado del libre comercio y prevé que la política arancelaria del gobierno de Donald Trump no sólo será negativa para el mundo, sino que será igualmente perjudicial para Estados Unidos en el largo plazo. Lo afirma a pesar de que hay colegas suyos que ubican la estrategia como una herramienta de negociación.
A su entender, sería un error que países pequeños aumenten los aranceles a Estados Unidos para pagar con la misma moneda. Indica que donde sí ha habido represalia es en China y en la Unión Europea, pero que en el resto el mundo nadie más ha seguido este camino.
“Pudiéramos entender que esto podría ser parte del proceso de negociación de apertura de mercado. Aquí hay un escenario color rosa; el escenario optimista de que esto conduce a un mundo más abierto con aranceles más bajos. No le veo que esto sea de alta probabilidad, pero ciertamente es un escenario”, destacó el experto, quien este viernes dictó una conferencia en el auditorio del Banco Central, titulada “Conversatorio sobre el contexto económico contemporáneo”.
Larraín considera que la incertidumbre no es buena para la economía mundial, ya que a lo que más golpea es a la inversión. “La inversión es la principal víctima de la incertidumbre de política económica”, afirma.
Para el experto chileno, el escenario global de hoy es desafiante, pero no significa que hay una crisis. Sin embargo, no descarta los riesgos. Lo que sí afirma es que República Dominicana, a pesar de lo retador del contexto, está creciendo más que el promedio del resto del mundo y América Latina.
Reconoce que este año no será de alto crecimiento, que será de alrededor de 3.0%, pero que en 2026 la economía dominicana retomará su potencial entorno al 5.0%. En este orden, destaca que América Latina crecerá un 2.0%, lo cual está por debajo del resto del mundo. “La verdad es que es un crecimiento que nos deja insatisfecho en nuestra región”, afirmó.
Indicó que luego de episodios de alta inflación, luego de la pandemia, los niveles han retornado a la normalidad. Explicó que él siempre enseña a sus alumnos que los economistas no quieren tener inflación cero, refiriendo que aún peor es que haya deflación. Refiere que cuando los precios caen el comportamiento normal de los consumidores es postergar la decisión de compra, por lo que si todo el mundo espera se produce una recesión por la deflación.
En cuanto a la inflación, destaca que Ecuador es el país que mejor inflación registra en la región, señalando que es una economía dolarizada. “Quien cede su propia moneda por la de otro país, lo mínimo que uno de los beneficios que espera es una inflación baja. Eso pasa en Ecuador”, destaca Larraín.
Al comparar a Chile y República Dominicana en cuanto a la dependencia de las importaciones de petróleo, el experto señala que son dos países igualmente dependientes. Como señal positiva, indica que hoy día el precio del crudo ha caído casi a la mitad de lo que era hace tres años.
A su entender, es imposible para los países pequeños, como República Dominicana y Chile, no hablar del comportamiento de la economía mundial.
“Para mí es un gusto muy especial estar aquí en República Dominicana, en Santo Domingo, un lugar que he visitado varias veces en mi vida. Agradezco la invitación que han hecho en la persona del ministro de Hacienda y Economía, Magín Díaz, quien fue mi alumno, y el ministro de Industria, Comercio y Mipymes, Víctor Bisonó, en su condición de presidente del Centro de Análisis para Políticas Públicas (CAPP)”, expresó Larraín.
El economista se mostró emocionado al ver el salón del Auditorio del Banco Central con tantos exalumnos suyos, pues estimó que casi la mitad estuvieron en las aulas recibiendo sus enseñanzas. “He estado sacando la cuenta y creo que he tenido 6,000 alumnos presenciales en mi vida y otros 4,000 de manera remota en un curso que impartimos con el profesor Jeffrey Sachs, en la Universidad de Columbia”, contó.
En cuanto a las tarifas comerciales, refirió que hoy el arancel efectivo de Estados Unidos está hoy sobre los niveles que había en 1930. Esto quiere decir, indica, que en nivel de proteccionismo ha habido un retroceso de casi un siglo.













