La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proyecta que las necesidades de importación de cereales de República Dominicana se situarán en torno a 2.2 millones de toneladas durante la campaña comercial 2025-26 (julio-junio), un volumen que estiman cercano al promedio de los últimos cinco años. Según el organismo, este nivel sería inferior al del año anterior, debido a la existencia de “abundantes inventarios remanentes derivados del elevado nivel de importaciones registrado en 2024”.
De acuerdo con el informe Food Security Snapshot, publicado en noviembre de este año, la FAO indica que aproximadamente 60% del consumo nacional de cereales se cubre con importaciones, impulsadas principalmente por la demanda constante de trigo para consumo doméstico y turístico, importado mayoritariamente desde Estados Unidos, así como por la demanda de maíz del sector avícola, abastecido desde Norteamérica y Brasil.
Año 2026
En cuanto a las perspectivas para 2026, la FAO señala que las siembras de la cosecha principal de arroz, que representan alrededor del 70% de la producción anual, se realizarán entre este diciembre de 2025 y marzo de 2026. El organismo anticipa que “los pronósticos de precipitaciones promedio durante el primer trimestre de 2026 proporcionarán condiciones favorables para la preparación de la tierra y la siembra”.
Respecto al desempeño productivo de 2025, la FAO estima que la producción total de arroz se ubicaría por encima del promedio, como resultado de los “excelentes rendimientos de la cosecha principal”, recolectada entre abril y agosto de este año. Según el informe, este resultado refleja “condiciones meteorológicas favorables durante el segundo trimestre de 2025”.
El organismo también indica que las operaciones de cosecha de la temporada menor de arroz de 2025 se espera que hayan comenzado este diciembre, con perspectivas de producción cercanas al promedio. Durante el período de siembra, entre julio y septiembre de 2025, la FAO señala que los precios del arroz se mantuvieron prácticamente sin variaciones interanuales, lo que dio lugar a una superficie sembrada similar a la del año anterior, cercana al promedio de los últimos cinco años.
En relación con otros cultivos, la FAO indica que el maíz de producción nacional, que representa cerca del 5% del consumo interno, registraría una producción superior al promedio en 2025, impulsada por el aumento de la demanda de maíz amarillo por parte del sector de alimentos balanceados, particularmente de la industria avícola, lo que incentivó mayores plantaciones.
Precios
El informe señala que los precios minoristas del arroz se estabilizaron en octubre de 2025, tras leves incrementos en agosto y septiembre, y se ubicaron cerca de los niveles del año anterior. La FAO explica que el mayor volumen de producción interna en 2025 compensó la reducción de las importaciones, asociada a la introducción de nuevos aranceles en diciembre de 2024.
Por su parte, entre junio y octubre de 2025, los costos para minoristas del maíz amarillo aumentaron de forma sostenida y se situaron más de 10% por encima del nivel del año previo, “en línea con los precios de Brasil, principal socio exportador, y debido a la fuerte demanda del sector avícola”. En contraste, los precios del frijol negro descendieron a lo largo del año y en octubre de 2025 se encontraban alrededor de 10% por debajo de su nivel interanual, principalmente por un aumento en los volúmenes importados.
Clima
La FAO reporta que la tormenta tropical Melissa, a finales de octubre de 2025, provocó lluvias torrenciales en las regiones sur y suroeste, generando inundaciones, daños a infraestructuras y afectaciones temporales al acceso a alimentos, agua y servicios esenciales. No obstante, el organismo indica que las pérdidas de cultivos fueron limitadas, dado que solo una pequeña proporción del arroz se cultiva en las zonas afectadas.
Finalmente, según el último análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) citado por la FAO, el número de personas que se proyecta enfrentarán inseguridad alimentaria aguda (Fase 3 o superior) entre junio y septiembre de 2025 se estimó en alrededor de 890,000 personas, equivalentes a casi 8% de la población analizada. Esta cifra representa una reducción frente a los 1.04 millones registrados entre mayo y agosto de 2024, mejora que el organismo atribuye al aumento interanual de la producción de cereales en 2025.













