Generalmente, cuando alguien, ya sea persona o institución, promueve la importancia y la necesidad de que la gente destine una parte, aunque sea mínima, de sus ingresos, para dedicarlos al ahorro, surgen justificaciones en contra con el argumento de que el dinero no alcanza ni para los gastos cotidianos del día a día.
Con los deprimidos salarios que percibe la mayoría de los empleados públicos y privados del país, es posible que esa justificación se aprecie como razonable. Sin embargo, no podemos conformarnos con planteamientos justificativos para no hacer lo que conviene hacer.
Cuando un trabajador ahorra parte de sus ingresos, repito, aunque sea poco, recibe no solo un beneficio económico, sino también emocional, pues el saberse sin deudas y con una reserva mínima ofrece seguridad, autoestima, tranquilidad y otras mejoras emocionales.
Sin embargo, es difícil ahorrar cuando los ingresos son limitados. Pero no es imposible y si se hace un esfuerzo se logra. Yo recuerdo que en una época en que estaba casado y con niños pequeños, en nuestro hogar el ingreso era de RD$6,500 mensuales. Esa cantidad era poca y además era la suma de los salarios de ambos, el mío y el de mi pareja de entonces.
El asunto es que ambos decidimos ponernos una camisa de fuerza para ahorrar RD$500 mensuales, por lo que lo primero que hicimos fue crearnos la idea invariable de que nuestros ingresos no eran de RD$6,500, sino de RD$6,000, por lo que cada mes nos administrábamos con esa cantidad y pasara lo que pasara, debían sobrar RD$500 eran los que pasaban a ser ahorrados.
Para los jóvenes con primer empleo y con salarios que no son tan competitivos, mi consejo es que sigan una disciplina de ahorro que hoy día requiere un esfuerzo menor y más fácil de aplicar, porque la tecnología permite hacer ese ahorro de manera automática.
Por ejemplo, si tu salario es de RD$15,000 mensuales, puedes pedir al banco donde está tu cuenta de nómina que cada mes transfiera RD$2,000 a tu cuenta de ahorros. De esa forma estarás ahorrando cada mes sin hacer ningún movimiento, pues tu banco se encargaría de hacer esa transferencia. Lo que pasa es que en ese caso, debes hacerte de cuenta que tu salario es de RD$13,000 y no de RD$15,000, pues hay RD$2,000 para el ahorro.
Como necesitas fuerza de voluntad, te asegurarás de que la cuenta donde te depositarán los RD$2,000 mensuales es de ahorro, sin tarjeta electrónica y sólo con libreta, es decir, que no te sentirás tentado a hacer transferencias o retiros, ya que para eso tendrías que ir de manera presencial y con la libreta al banco correspondiente. Eso no evitará que hagas el retiro, pero por lo menos te ayudará a reducir la frecuencia.
Para los pequeños ahorristas, mi recomendación es que nunca le digan a su familia la cantidad de dinero que han ahorrado. Usted puede decir que tiene unos ahorritos, pero nunca diga cuantos, porque en un ambiente de pobreza, siempre aparecen quienes necesitan lo que saben que usted tiene y corre el riesgo de que le pidan un préstamo familiar de esos que nunca pagan o que tardan una eternidad en ser saldados. El ahorro es intocable.
Otro consejo para quienes estén comenzando a ahorrar o que tengan esa necesidad, es que se cuiden de las ofertas de tarjetas de crédito. Lo recomendable sería tener una sola tarjeta de crédito y con un límite reducido. Recordar que por el hecho de tener un empleo, ya eres un ente económico y te lloverán ofertas de bancos para que aceptes tarjetas de crédito. Si ya tienes una, aprende a decir que no a cualquier oferta adicional.
No hay ninguna ventaja en abrir una cartera y mostrar cuatro o cinco tarjetas de crédito. Incluso, esa es una señal de desorganización financiera para alguien con un empleo de sueldo mínimo. El que tiene una sola tarjeta de crédito da muestras de disciplina económica y por su puesto de estabilidad y seguridad financiera.
Estos consejos sobre tienen el interés de orientar a los jóvenes de primeros empleos para que vayan cultivando desde ahora una cultura de ahorro que siempre les va a beneficiar.