El sector educativo de República Dominicana tiene que lidiar, al igual que otros, con una etapa de aislamiento social para la cual no estaba preparado, a pesar de que el Gobierno implementa desde mediados de 2018 el programa República Digital, un conjunto de herramientas tecnológicas para digitalizar el sistema de enseñanza.
“Ni los maestros, ni las familias estaban preparadas para migrar a la educación a distancia a través de plataformas digitales, lo que conlleva a un estado de estrés, depresión y gasto por la inversión en recargas telefónicas para activar paquetes de internet y poder cumplir con las asignaciones”, explica Xiomara Guante, presidente del Colegio Dominicano de Profesores (ADP).
Guante calcula que República Digital apenas ha cubierto un 30% de la planilla educativa a nivel nacional, dejando fuera a miles de estudiantes que por la situación socioeconómica en la que viven no le han podido dar continuidad a sus estudios.
Precisamente sobre ese tema la Acción Empresarial por la Educación (Educa) detalla en uno de sus informes que hay un grupo de centros privados y públicos, en su gran mayoría insertos en contextos vulnerables, en los cuales la presencia de la tecnología no es sistemática, ni en los centros educativos ni en sus hogares.
Mientras, el director de Educa, Darwin Caraballo, indica que “en este tipo de centro, no hay canales formales para desarrollar una propuesta pedagógica digital, más allá de lo que puedan significar la televisión, la radio o la inventiva y creatividad de docentes y familias. Es tal vez en este grupo, el que se han generado las mayores sorpresas”.
Caraballo informa que Educa está en permanente contacto con docentes de centros privados y públicos de forma regular. “En particular, se ha puesto en evidencia cómo la creatividad y resiliencia del dominicano se ha hecho presente una vez más creando cadenas de WhatsApp con estudiantes y padres de familia, aprovechando que hay una amplia penetración de la telefonía celular inteligente en los hogares dominicanos, incluso en los más pobres”.
En ese sentido, Minelys Antonia Batista, directora del Centro Pedagógico Estrella de Vida, ubicado en el sector Los Ángeles, del kilómetro 13 de la autopista Duarte, detalla las dificultades para cumplir con el currículo educativo a través de la plataforma WhatsApp. Cita distintos factores que involucran la situación socioeconómica en la que viven los estudiantes que estudian en su plantel.
“En muchas ocasiones los padres no tienen dinero para poner un ‘paquetico de internet’ y participar del chat que hemos creado por curso para interactuar sobre los contenidos didácticos que le corresponde a cada grupo, interrumpiendo el seguimiento a distancia que intentamos mantener”, dice.
Agrega que, aunque el niño cumpla, días después, con la tarea se ha perdido de algunas actividades que lo llevarían a completar los indicadores de logro bajo los cuales lo estaría evaluando su docente.
“Este modelo de educación no busca que los niños aprendan solos con una computadora, si no que mantengan una secuencia lógica de conceptos que ameritan el desempeño del docente y la interacción con sus compañeros de aula”, puntualiza.
En el caso del Centro Pedagógico Dos Estrellas, del distrito municipal Palmarejo-Villa Linda, en el kilómetro 17 de la autopista Duarte, lograr reunir a todos los padres en un solo chat ha sido una tarea difícil.
Luisa de Peña, directora académica del colegio, resalta que la comunidad se desenvuelve entre precariedades que limitan a los padres para apoyar bajo un método digital a sus hijos. “Hemos optado por preparar paquetes de estudios a distancia para que los niños continúen adquiriendo los conocimientos. Cada padre retira del centro una carpeta con los trabajos que le corresponden durante quince días para que los estudiantes lo completen en casa”.
Con esta iniciativa, Luisa precisa que la receptividad ha sido de casi un 80%, logrando que los padres envíen fotos al grupo del WhatsApp, demostrando que los pequeños realizan de forma adecuada sus trabajos.
A pesar de que los dispositivos y plataformas digitales ya estaban integrados a la vida cotidiana de los dominicanos, migrar el contenido pautado para docencia presencial a uno interactivo virtual ha sido un reto para los docentes que trabajaban de manera tradicional (pizarrones y experiencia directa).
Ya el Ministerio de Educación (Minerd) planificó el inicio del próximo año escolar 2020-2021 a mediados de agosto y, para garantizar el distanciamiento entre los estudiantes, Educa propone que se capacite a los maestros para mantener la educación de forma remota.
De esta manera los profesores, que han tenido que aprender sobre la marcha a crear contenidos atractivos y fáciles de interpretar, podrán darles mejor seguimiento a los estudiantes con ayuda de los padres.