El uso de la tecnología puede ayudar en importantes áreas afectadas por la crisis económica que ha derivado de la pandemia del covid-19. Por ejemplo, la transferencia internacional de divisas para maximizar las remesas o la implementación de servicios de tributación digital para fortalecer las finanzas públicas.
Así lo indica el estudio “Economía digital y tecnología y servicio del desarrollo de la región: informe económico de Centroamérica y República Dominicana”, realizado por el Banco Interamericano de desarrollo (BID).
La publicación propone soluciones con capacidad de ser fuente de transformación en tres áreas: mejorar la eficiencia del gasto y provisión de servicios públicos, aprovechar el potencial recaudatorio de la economía digital y maximizar el servicio de las remesas.
“En un contexto de contracción económica global (…) surge la necesidad de buscar eficiencias, en particular en los rubros que enfrentan una coyuntura compleja, como la hacienda pública y las remesas. Para esto, la tecnología puede ser una herramienta muy útil”, dijo la gerente general del departamento de países de Centroamérica, Haití, México, Panamá y República Dominicana del BID, Veróniza Zavala.
En cuanto a la mejora de la eficiencia del gasto y provisión de servicios públicos, la tecnología permite una mejor focalización, además de ahorrar recursos públicos y tiempo.
Entre los temas que analiza el estudio figuran la construcción de mapas de pobreza a partir de imágenes satelitales que guíen en inversiones públicas más eficientes o aplicaciones que ya se están utilizando para una mejor asignación de recursos en áreas como déficit de vivienda (Guyana), infraestructura de telecomunicaciones (Honduras), o seguridad (El Salvador).
El segundo tema es aprovechar el potencial recaudatorio de la economía digital. Respecto a la hacienda pública, la tecnología ofrece oportunidades para buscar eficiencia tanto respecto del ingreso como del gasto.
Por el lado de los ingresos públicos, el desarrollo reciente de la economía digital en la región presenta un importante potencial recaudatorio. Se estima que en 2018 los ingresos de la economía digital fueron superiores al 6% del producto interno bruto (PIB).
La región cuenta con 47 millones de usuarios en plataformas de medios digitales, 25 millones en e-commerce, 11 millones en servicios de movilidad en línea y otros 11 millones en reservas de viaje en línea. Este nuevo panorama requiere de nuevas reglas tributarias que hagan frentes a los retos que plantean los estándares tradicionales, algo que muchos países ya están haciendo.
Por último, el informe aborda cómo maximizar el beneficio de las remesas para sus receptores, un asunto muy relevante en una región donde estos recursos representan, en países como Honduras y El Salvador, alrededor del 20% de su PIB en 2018 y en otros como Guatemala, Nicaragua y República Dominicana entre el 8% y el 12% y podrían, en la coyuntura, verse reducidas.
Para ello se presenta la experiencia de un sistema de transferencias internacionales entre bancos centrales como herramienta para maximizar el monto de recursos para los beneficiarios y contribuir al buen funcionamiento del mercado cambiario.