El Gobierno de Nueva Zelanda destinó este lunes más de US$34 millones (€29.4 millones) para salvar el sector de la educación a los estudiantes extranjeros, crucial en la economía del país que se ha visto gravemente afectada por el cierre de las fronteras debido al covid-19.
“La educación internacional, que incluye a las escuelas, universidades y otras instituciones educativas como la enseñanza del inglés, es nuestra quinta estrella exportadora y contribuyó con casi unos €2,800 millones (US$3,300) a nuestra economía en 2018”, dijo la primera ministra, Jacinda Ardern, en Wellington.
El plan de recuperación del sector educativo del país, cuyo gobierno ha sido aplaudido mundialmente por su estrategia de eliminación del virus de su territorio, se da en un contexto en el que se prevé que las fronteras internacionales neozelandesas se mantengan cerradas por lo menos este año.
La mandataria laborista también recalcó que si bien se espera que en el futuro los estudiantes extranjeros puedan entrar en el país tras cumplir una cuarentena, tal y como aspira también su vecina Australia, por el momento esos planes no se pueden poner en práctica de forma segura.
El monto destinado al rescate de los servicios de exportación de la educación forma parte del fondo de recuperación de unos €27,678 millones (€29,907 millones ), el 16.7% del PIB neozelandés, para impulsar la creación de empleo tras la crisis del covid-19.
Uno de los componentes de las ayudas a la educación internacional se destinan a mantener los puestos de trabajo de los docentes especializados para que puedan seguir brindado servicios educativos a los estudiantes extranjeros que permanecen en el país.
Nueva Zelanda, que ha levantado todas las restricciones de distanciamiento social en su territorio desde junio pasado, registra actualmente 1,206 casos de covid-19, 22 fallecidos y 21 casos activos.