[dropcap]E[/dropcap]sta semana fue aprobado un 14% de aumento a los distintos salarios mínimos que existen en el país. Esta disposición fue aplicada de inmediato por el Consejo Nacional de Salarios para entrar en vigencia a partir de junio.
Desde distintos sectores vemos perspectivas distintas con respecto al monto y efectividad del mismo. Estas reacciones son normales de cualquier parte que esté sentada sobre la mesa de negociación y el bien intercambiado sea dinero. En la forma que sea.
Sin embargo, más me preocupa que todavía existan personas que estén soñando que con ese aumento vayan a solucionar todos sus problemas, que va a cubrir la canasta familiar básica, los servicios, y en adición para la salud, educación de sus hijos, vejez y los lujos.
Antes de que alguien me señale y me diga que está muy atrás para lograr salir a flote, permítanme decirles que el mundo está lleno de ejemplos. No hay una lista de grandes triunfadores en el manejo de sus finanzas personales que una gran proporción no sea de personas que hayan empezado de cero. Algunos con oportunidades, circunstancias, mano amiga, en fin, trivialidades de la vida, que lo llevaron a un determinado éxito en materia de hacer dinero. Si de ese grupo separamos los que no han sido beneficiados políticos. En común y sin excepción todos se atrevieron a soñar y también a emprender. Si tú nunca lo haces, ya sabrás…
Hay que hacer un reality check a ti empleado que estás devengando un salario mínimo. Lamentablemente nuestro país tiene grandes deficiencias en materia de cobertura de servicios básicos a nosotros, ciudadanos dominicanos. Desde seguridad ciudadana, transporte, educación, salud. Estas deficiencias tenemos que cubrirlas de manera personal, con nuestros ingresos. Sobre la base de esta realidad, ajustemos nuestras expectativas. Es un reto muy grande encontrar una posición en el mercado laboral que nos permita mantener en control todo lo antes mencionado.
Pareciera ser que estoy contando una historia de terror, pero todo depende con el cristal que veamos las cosas. Nuestra economía ha sido bendecida con un crecimiento extraordinario en los últimos 10 años. Nos hemos mantenido de cierta forma estable frente a grandes crisis internacionales. La edad promedio de nuestra población está en su etapa productiva. Estamos en un año preelectoral donde por tendencia suele circular mucho dinero. Las políticas sociales de este gobierno han fomentado una mejor redistribución de las riquezas. Gozamos de estabilidad cambiaria. Podría durar 10 o 15 minutos más haciéndote ver que estamos en el momento perfecto para emprender…
El fin de semana pasado sostuve una reunión con un próspero empresario importador del país, su negocio tiene alrededor de 14 años, inició sus operaciones en el 2001. Justo antes de la crisis bancaria y cambiaria que vivió el país. Recuerdo como en esa época, la cosa estaba muy mal, luego estuvo mucho peor, no era buen momento para invertir, cualquier idea de negocio era una tontería, existían las “casas del terror”. No obstante las calles están llenas de casos de éxito. De buenos resultados. De mucho sacrificio y crecimiento “poquito a poquito”.
Para concluir, haz un stop, no limites tu pensamiento ni tu alcance. Por un segundo dale riendas sueltas a tu imaginación, empieza a ver las oportunidades que tienes delante de ti. Y arriésgate a emprender, al final el éxito es de quien vaya detrás de él…