Uno no lo sabe, pero siempre nos cuentan una historia. Uno no lo sabe, pero siempre contamos una historia.
Y resulta que esa misma historia es la que nos coloca en un determinado lugar en la mente de los demás y que, en consecuencia, nos facilita o complica la vida cuando de lograr lo que queremos se trata.
Eso es tan cierto como que después del día viene la noche y es aplicable tanto a empresas como a personas. Es algo de lo que debes estar muy consciente si manejas una marca, ya sea la que lleva tu nombre (sí, tú eres una marca) o una comercial.
Veamos nuestra carrera profesional y nuestra vida en general como una película. Sabemos que las hay de todo tipo: las excelentes, las regulares, las malas. Las que disfrutamos, pero no tomamos en serio; las que sabemos que son buenas, pero no las entendemos bien; las que nos hacen sentir, las que nos marcan, las que no son más que un chiste…
Así que, si tú fueras una película ¿qué estarían viendo y sintiendo aquellos a quienes te estás proyectando? ¿Están entretenidos? ¿Los estás haciendo pensar? ¿Los estás impresionando? ¿Inspirando? ¿Decepcionando?
Voy a aterrizar las cosas. La historia que cuentas se conforma de los atributos que reflejas, de tu comportamiento, de la manera en que trabajas, creas, hablas, escribes, vistes y publicas cosas en las redes. Es dónde haces silencio, cómo lideras, cuándo ríes, qué consumes y qué logras.
Siempre se está diciendo algo, aunque se piense que se está diciendo nada. Sencillamente es imposible no comunicar. Lo hacemos constantemente, a veces conscientemente y otras sin siquiera reparar en ello.
De ahí la importancia de tomar el control de nuestra narrativa. Entre las cosas que hay que hacer para lograrlo te comparto estas 5, pero hay muchas más:
- Definir qué es lo que queremos contar (proyectar) y ser consistentes haciéndolo.
- Ser creíbles y coherentes (todos torcemos la boca cuando vemos en un filme cosas que no nos tragamos).
- Tener un buen ritmo, es decir, saber cuándo ser rápido y cuándo llevar las cosas con pausa; cómo alternar la seriedad con momentos más relajados.
- Ser creativos, encontrando ángulos novedosos y formas distintas de hacer las cosas.
- Y siempre, siempre, siempre dejar algo en la mente y el corazón de tus espectadores.
Estamos cerrando un año con la esperanza de recibir uno que sea mejor. Alineemos lo que contamos con eso que visualizamos, esforcémonos para que nuestra historia sea notable y trascendente y así, al menos en lo individual, propiciemos el 2021 que soñamos.