El cierre de la Bolsa en Wall Street se vio en rojo el pasado viernes 22 de enero del 2021, relacionado con las dudas que han surgido en los inversionistas ante el nuevo plan de estímulos del nuevo presidente Joe Biden. Dicho plan, contempla 1.9 Billones de Dólares que en principio deberán de pasar por filtros para ser aprobados.
A esta conmoción se le suma el resurgimiento de los casos de contagios del Covid-19 en el mundo, sobre todo en los Estados Unidos y México, lo que pone sobre la mesa nuevas medidas de restricción, con posibles retrasos en la recuperación económica proyectada.
Encontramos que los principales índices en Estados Unidos continúan la tendencia mostrada por los mercados europeos, los cuales también han seguido un comportamiento negativo el pasado viernes por igual. Se pudo observar el Dow Jones con una caída de un 0.45%, cercano a perder el nivel de los 31,000 puntos; El Nasdaq con una caída de un 0.20% y el S&P500 que retrocedió un 0.28% al nivel de 3,842 puntos.
Como antes mencioné México, sufrió retrocesos en el principal indicador S&P/BMV IPC con un 1.04% por debajo al nivel de 44,300 puntos, mientras que el FTSE BIVA cayó un 1.11%.
Recién un amplio número de republicanos expresaron incertidumbres sobre si un estimulo adicional seria necesario, en especial uno tan agresivo por 1.9 Billones de Dólares. Sin dudas beneficiarían los sectores clínicos, quienes se han quedado rezagados esta semana con un cierre negativo, mientras que los sectores energéticos y financieros han perdido más de un 1%.
Otra de las preocupaciones de los inversionistas en la Bolsa, es que Janet Yellen está a un paso de ser la secretaria del Tesoro, lo que significa otro paso para la aprobación de los estímulos. Yellen expresó la necesidad de “actuar a lo grande” en términos de minimizar el impacto económico que la pandemia del Covid-19 ha generado en la primera economía global.
Janet podría convertirse en figura clave para la recuperación completa proyectada de los Estados Unidos, pues asume, de ser electa, el rol de intermediaria principal entre el Congreso y la Casa Blanca, donde se encuentran conversaciones con la aprobación o no susodicho nuevo plan de estímulos, el cual le incluye pagos directos por 1,400 dólares a los ciudadanos estadounidenses.
En mi opinión, desde el punto de vista humanitario, la población de los Estados Unidos necesita de este, cualquier país del mundo lo requiere ya que esta situación sanitaria mundial, no ha sido fácil.
Desde el punto de vista económico, no es factible, ya que se han otorgado varios planes de estímulos, lo que ha ido incrementando la inflación, más producción de dinero y más endeudamiento al país, efectos que de una forma u otra alteran la economía de países que dependen de la estabilidad del dólar como lo es República Dominicana.
El gran plan que se plantea Biden para la recuperación de dichas emisiones y básicamente para alcanzar las proyecciones económicas, es una nueva reforma fiscal, la cual hace temblar a los inversionistas y empresarios. En medio de esta crisis financiera sin precedentes, Biden ha propuesto revertir en parte la reforma fiscal de Donald Trump y elevar en siete puntos porcentuales, hasta el 28%, el impuesto sobre sociedades, Estados Unidos sumaría 1.400 millones de dólares a su recaudación. Pero la mayor partida provendría de las subidas en el impuesto de la renta para aquellas personas que ganen más de 400.000 dólares anuales, cuyos tributos generarían unos 758.000 millones de dólares extra.