[dropcap]E[/dropcap]l panorama no podía ser peor. Bajo el sol incandescente y en medio de empujones, algunos con la mirada perdida y las gotas de sudor bajando por sus rostros, se aglomeraban ciudadanos haitianos en una interminable fila. Su objetivo: aprovechar el último chance para aplicar al Plan Nacional de Regularización de Extranjeros (PNRE) que culmina en unas horas.
Naica Minier, con un bebé en brazos, relató que estaba en la fila desde las 4:00 de la mañana, pero que tenía la esperanza de inscribirse en el centro de regularización ubicado en el Edifico de Oficinas Gubernamentales Juan Pablo Duarte, mejor conocido como el Huacal.
La mujer de 22 años, plantada en su turno y con signos de cansancio, afirmó que llegó al país desde los 16 años y que ha procreado tres hijos en territorio dominicano, por lo cual no puede irse a Haití porque sus vástagos son dominicanos y no los dejará solos.
Minier, al igual que cientos de haitianos, esperaba impacientemente ser atendida y resolver su situación migratoria, debido a que el Gobierno ha declarado en múltiples ocasiones que no habrá prórroga acabado el Plan de Regularización y que los ciudadanos que se queden fuera serán repatriados.
Mientras esto sucede, a pocos metros de las oficinas gubernamentales trabajadores del sector cañero, junto a sus familiares, reclamaban una prórroga del plan porque la mayoría no se ha acogido al régimen.
Jesús Núñez, presidente de la Unión de Cañeros de Bateyes, afirmó que el Gobierno no les ha cumplido a los cortadores de caña porque cuando estos jornaleros llegaron al país fue por acuerdos entre República Dominicana y Haití, pero hoy no tienen documentos que les avalen el tiempo que tienen residiendo y trabajando en territorio dominicano.
Según el representante de los cañeros, tienen previsto una marcha hacia el Palacio Nacional para reclamar al Estado dominicano que resuelva la situación, alegando que el Ministerio de Interior y Policía no ha podido hacer nada.