El discurso de rendición de cuentas del presidente Luis Abinader ante el Congreso de la República, este 27 de febrero de 2021, se puede catalogar como de muy emotivo y cargado de propuestas en diferentes órdenes. Uno de los elementos que se reitera en el discurso, es la transparencia de la presente administración y su permanente celo por la ética y porque los recursos del Estado sean bien gestionados en todos los ámbitos de la cosa pública.
Ese, al parecer, será un sello durante este cuatrienio de gobierno que, dicho sea de paso, puede convertirse en un referente en la República Dominicana, pues no se tiene memoria de algo parecido en el pasado reciente.
De este discurso de Luis Abinader se debe destacar, también, la referencia a la forma en que el gobierno ha gestionado la crisis del covid-19, y la disposición de más de 107,000 para el sector salud, una inversión sin precedentes en el país. Así también, el lanzamiento del Plan Nacional de Vacunación, conjuntamente con la adquisición de 20 millones de vacunas que permitirán, según el mandatario, que al mes de junio de este 2021, esté vacunado el 80% de la población dominicana del país.
Lo que no entiendo es cómo, con una gestión tan espectacular del sector salud durante la Pandemia, el principal responsable de la política de salud del actual gobierno, haya sido destituido un día antes del discurso, sin que se tengan claras las razones para ello.
Otro elemento destacado por el primer mandatario de la nación en su discurso de rendición de cuentas, fue el fortalecimiento de los programas de protección social, específicamente “Quédate en Casa” y “Comer es Primero”, con la propuesta de que este último será transformado próximamente en el Programa SUPÉRATE, el cual busca promover la inclusión laboral y que más de 1 millón de personas reciban sus beneficios.
Aunque no era el lugar ni momento para ello, pero el gobierno de Luis Abinader debe, hacia futuro, plantear el desmonte de estos programas que, en principio, se crean para ir disminuyendo la pobreza y luego permanecen como una gran carga para el Estado. Es obvio que el clientelismo en estos programas ha sido una constante, razón por la cual se hace necesaria la transformación de esos programas en mecanismos más útiles que posibiliten, realmente, que la gente salga de la pobreza a partir de la educación y la generación de empleos. Un aspecto a destacar en esta parte, además, es la inclusión en el Sistema Nacional de Salud (SENASA) de más de 2.2 millones de dominicanos, lo cual se reporta como un hito en el país.
La recuperación de empleos es uno de los aciertos, sin dudas, de esta administración que también fue destacada en el discurso del presidente Abinader. En efecto, se afirma que alrededor de 460,000 dominicanos han recuperado sus empleos en los últimos meses.
Con relación al Plan de Retorno a la presencialidad que anunció el presidente en su discurso, entiendo que lo mejor sería terminar el año escolar bajo esta modalidad de educación a distancia, combinada con la virtualidad. No hay razones para exponer a los estudiantes y maestros al contagio del covid-19, sobre todo cuando falta tan poco para finalizar este periodo de estudio.
Entiendo, además, que es cuantiosa la inversión que se ha realizado y que ha posibilitado que los estudiantes no pierdan el año lectivo y no se atrasen en su proceso de aprendizaje, por lo que no es correcto que abandonemos todo eso para volver a las clases presenciales. Adicionalmente, pienso que se ha creado un acervo de conocimientos, pues docentes, familias y alumnos han tenido que utilizar la tecnología en el proceso enseñanza-aprendizaje, y eso no se puede desechar. Otra cosa importante es que la estructura de educación a distancia debe fortalecerse, pues no se sabe cuándo volverá otra Pandemia.
En el ámbito de la economía, el presidente Abinader destacó en su discurso la calamitosa situación que encontró cuando asumió la administración de la cosa pública y todo lo que se ha tenido que hacer para la recuperación de sectores productivos como, por ejemplo, el turismo. Con más del 90% de las instalaciones hoteleras cerradas, según el presidente, hoy en día ya se tiene la reapertura de unas 8,200 habitaciones, más de 60,000 empleos directos recuperados y unos 200,000 indirectos.
Es obvio que el presidente está optimista con lo que puede ser la reactivación del turismo dominicano en el corto plazo, sin embargo, debe entender que hasta que los países de donde proceden nuestros principales visitantes extranjeros no dejen señales de recuperación, sanitaria y económica, nuestras expectativas deben ser moderadas y no tener falsas esperanzas.
Las mipymes continúan siendo una constante en el discurso del presidente y, obviamente, en las acciones que dice están implementando. Según el mandatario, más de 20,000 millones han sido puestos a la disposición de este importante sector de la economía dominicana, esto marcado en el Plan Nacional de Rescate de las mipymes.
Todo esto a través de Promipyme y de otros instrumentos importantes del gobierno. No obstante lo planteado por Abinader, el desafío aquí no solo es la dotación de recursos frescos, sino también la creación de mercados de consumidores, el aumento de la demanda y, al mismo tiempo, poder mejorar la productividad de estas unidades económicas de menor tamaño relativo. Por eso es que nosotros apostamos a que, conjuntamente con el financiamiento, se puede diseñar e implementar un Plan Nacional de Asistencia Técnica a las micro, pequeñas y medianas empresas, porque sin esto la dotación de recursos no servirá de nada.
Un anuncio del presidente que se ha ganado la simpatía del pueblo dominicano, es el de que someterá ante el Congreso Nacional una propuesta de modificación de la Ley de Hidrocarburos para, de una vez y por todas, transparentar la formula a partir de la cual se establecen los precios semanales de los combustibles. Esa propuesta es interesante, pero importante también sería que se dejen de politizar los precios, y de usarlo como instrumento de campaña como lo fue en el pasado reciente.
De manera particular, el presidente Abinader informó que el déficit fiscal del año 2020 fue de un 7,4% del producto interno bruto, contrario al 9,4% que se había estimado originalmente, lo que supuso una reducción de más de 77,000 millones, lo que fue el resultado, según el primer mandatario, de los ahorros logrados en diferentes instituciones del Estado dominicano. Quizás hubiera si conveniente, que el presidente dijera lo que también se está haciendo en estos momentos para continuar reduciendo el déficit, las líneas estratégicas, las áreas de intervención y los puntos nodales a partir de los cuales se está conteniendo el gasto.
Por igual, Abinader destaco el monto histórico de 12,500 millones que han alcanzado las reservas internacionales de divisas, lo cual permite garantizar la estabilidad del tipo de cambio y la seguridad en el intercambio comercial. Este dato, si bien es importante, pero no se puede perder de vista que también es el resultado de los niveles de endeudamiento en moneda extranjera que se observan.
Hábilmente, el presidente dominicano evadió el tema de la deuda externa, el cual siempre ha sido una preocupación para economistas y estudiosos. Entiendo que debió hacer referencia a la misma y justificar el por qué hemos tenido que endeudarnos durante los meses de su gestión, y cuales planes existen, hacia futuro, para contener dicha deuda.
Sin dar mayores detalles, en su discurso el presidente hablo de las transformaciones que eran necesarias para el desarrollo industrial, el fomento a las exportaciones, el fortalecimiento de las zonas francas y la mejora de la competitividad nacional. Para ello dijo que todas estas transformaciones se harán en el marco de un Pacto Social que incluirá la necesaria reforma fiscal integral, así como las mejoras de las condiciones laborales y de seguridad social de todo el pueblo dominicano.
Pienso que el presidente debió ser más enfático con estos temas en su discurso. La reforma fiscal es algo que no se puede dejar para cuando esté finalizando este gobierno, lo mismo que la reforma de la ley de seguridad social, y también el Código Laboral. Son temas espinosos pero que implicarían grandes cambios para la nación dominicana y, en particular, para la población.
En resumen, entiendo que el discurso del Presidente Abinader, en su primera rendición de cuentas, fue bueno, bien estructurado, con datos e informaciones relevantes y también muy emotivo. Sin embargo, creo que debió abordar temas más sustantivos y a profundidad, como la Reforma Fiscal y la necesaria modificación a la Ley 87-01.