Hoy en día, la mayor parte del mundo financiero tiene conocimiento sobre los bonos verdes, pero aún se desconoce qué son los bonos azules.
Sabemos que el 70% del planeta es océano y que el 90% del comercio internacional está representado por el transporte marítimo, según datos de las Naciones Unidas.
Sin embargo, y a pesar de la importancia de la llamada economía azul, los efectos del cambio climático y la acción humana están afectando gravemente a la biodiversidad de los océanos, que absorben alrededor del 30% del dióxido de carbono que producimos.
Si los océanos fueran una nación, la suma de éstos sería la séptima economía del mundo, equivalente al 2.5% del PIB global.
De ahí la aparición de los llamados bonos azules. Su objetivo es preservar y proteger los océanos. Los mercados prevén para estos bonos un crecimiento similar al experimentado por los bonos verdes en sus primeros años. El propio Banco Mundial ha participado en la emisión de bonos azules, como ya hizo en su momento con otros bonos climáticos.
En concreto, el bono azul es un instrumento de deuda emitido por gobiernos, instituciones multilaterales u otras entidades especializadas. Este título valor tiene como meta obtener capital de inversionistas de impacto con el fin de financiar proyectos marinos y oceánicos que generen beneficios ambientales, económicos y climáticos. El bono azul se inspira en el concepto de bono verde, con el que la gente está más familiarizada.
En fin, sería ideal que en República Dominicana se realice la primera emisión de bonos azules, sobre todo para proteger nuestros océanos, seguir fomentando el turismo ecoamigable y continuar incentivando las inversiones sostenibles en el país.