Nuevamente el coronavirus es el protagonista de un escenario de pánico, no solo en la parte humana y sanitaria, si no también en el mundo financiero, pues hablamos de la Cepa Delta, la cual fue descubierta en octubre del 2020 en la India, pero que no fue si no hasta hace unas semanas que se empezó a manifestar con fuerza en países Latinoamericanos, del Caribe e incluso en los Estados Unidos.
Precisamente por esta nueva variante familia del coronavirus, los casos de contagios han estado incrementando exponencialmente, sobre todo en New York, situación que tiene a los inversionistas asustados, logrando que los principales índices del Wall Street cayeran de manera repentina de la siguiente manera: El Dow Jones cayó 725 puntos, un descenso del 2.1%, mientras que el S&P 500 cayó un 1.6% y el Nasdaq un 1.1%, el pasado lunes 19 del presente mes.
En tal sentido, el pánico que se percibe en los inversionistas, está justificado ya que se trata de la peor jornada del Dow Jones desde la caída de 943 puntos de finales de octubre. El Dow Jones se ha desplomado más de 1,000 puntos desde el año pasado, y cinco de estos desplomes del mercado tuvieron lugar en marzo, al comienzo de la pandemia en los Estados Unidos. Este sufrió la mayor caída de puntos de su historia el 16 de marzo de 2020, con un descenso de casi 3,000 puntos, lo que supuso una caída libre del 13%.
De este miedo a la cepa Delta, vienen otros miedos relacionados al Dow Jones, como el posible retroceso en la recuperación económica, debido a que las acciones de las empresas de los sectores que se creía que se iban a beneficiar más de la reapertura de la economía están siendo las más afectadas, como, por ejemplo: Las aerolíneas American, United y Delta cayeron más de 4% a 5%, o los operadores de cruceros Carnival, Royal Caribbean y Norwegian cayeron alrededor de 4% a 6% cada uno.
Esta incertidumbre más el incremento de casos, ha afectado directamente a los valores energéticos tras una caída de más del 3% en los precios del petróleo, afectando gigantes como del sector como Chevron y Exxon Mobil quienes cayeron un 8%. El grupo de países de la OPEP+, Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, también alcanzó un acuerdo durante el fin de semana para producir más petróleo, una medida que podría aumentar la oferta y reducir los precios del crudo.
Del mismo modo, las tasas de los bonos a largo plazo han seguido bajando, lo que quiere decir que los inversionistas de renta fija están ahora mucho más preocupados por una desaceleración económica inducida por la variante Delta que por los temores de inflación creciente. Podemos tomar como ejemplo el rendimiento del bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años, el cual se ha hundido por debajo del 1.2% por primera vez desde inicios del año.
La realidad es que, hay un numero elevado de la población en los Estados Unidos que aún no se han vacunado, teniendo casos del covid-19 en aumento en 45 estados. El índice de miedo y avaricia se muestra en niveles de miedo extremo debido a los antes mencionado.
Para detener este retroceso económico, no solo en los Estados Unidos, si no en nuestra región de Latinoamérica y El Caribe, la población debe confiar en las medidas propuestas, de no ser así será mas notable a través del tiempo el daño colateral, no solamente en las pequeñas, medianas y grandes empresas, si no también quedaran perjudicados los trabajadores informales y aquellas personas que quieren o tienen planes de abrir nuevos negocios.