[dropcap]L[/dropcap]as autoridades monetarias deben estar muy satisfechas con los resultados que han mostrado las principales variables macroeconómicas en lo que va de año. Se puede decir, con toda seguridad, que la estabilidad económica ha sido una característica común en todos los aspectos.
Variables como la inflación y tasas de cambio e interés han sido tan obedientes a la política monetaria implementada en lo que va de año que, en todos los casos, están por debajo del límite máximo proyectado.
En cuanto a las tasas de interés, por su fuerte influencia en la economía, principalmente por el efecto que tiene en el medio circulante, todo ha salido muy bien.
Esta herramienta de política, cuyos efectos también se relacionan con la capacidad de endeudamiento de la población, toda vez que tasas más altas ahuyentan a la gente del sistema financiero, se ha mantenido en niveles históricamente bajos, logrando un impacto importante en el crédito a los sectores productivos.
La tasa de política monetaria (TPM) ha sido revisada tres veces a la baja en lo que va de año. Marzo bajó 50 puntos básicos y se colocó de 6.25% a 5.75% anual. En abril fue reducida en otros 50 puntos básicos, de 5.75% a 5.25%. Al mes siguiente, previendo la necesidad de flexibilizar el acceso al crédito, las autoridades volvieron a bajarla, esta vez en 25 puntos básicos. Con esta decisión pasó de 5.25% a 5.00% anual. En realidad había bajado en 125 puntos básicos en 2015. Los últimos seis meses han sido de tasas estables y competitivas para todos los actores.
La decisión sobre la tasa de política monetaria, tomando como referencia las justificaciones de las autoridades del Banco Central, fue adoptada a partir del análisis de las perspectivas de las principales variables macroeconómicas, especialmente el balance de riesgos en torno a las proyecciones de inflación, las expectativas del mercado sobre la trayectoria futura de esta variable, el crecimiento económico y el mercado cambiario, así como la evaluación del entorno internacional relevante para la economía dominicana.
De acuerdo al esquema de gestión de liquidez de corto plazo del Banco Central, la tasa de depósitos remunerados (overnight) se reduce de 3.75% a 3.50% anual y la tasa de facilidades de expansión (repos), disminuye de 6.75% a 6.50% anual.
La tasa de cambio de pesos a dólares, que por el efecto dominó que provoca es una variable muy sensible en la economía, apenas ha registrado una devaluación 2.49% para la compra y de 2.36% para la venta, aunque es muy seguro que sectores que apuestan a una moneda más competitiva preferirían un deslizamiento más pronunciado. El FMI reconoció estos resultados en su reciente visita durante las evaluaciones programadas del Artículo IV de la organización.
La inflación, que está muy por debajo del rango meta de más o menos 4% para este año, ha mostrado una tranquilidad que ha dado a las autoridades cierta holgura para manejarse con otras variables. Es preciso reconocer el efecto positivo que ha tenido la caída en los precios del petróleo.
¿Qué se puede esperar de este panorama tan positivo en términos macroeconómicos? La respuesta quizá está en las calles y entre los sectores productivos. El buen comportamiento de la economía debe reflejarse en hechos concretos, especialmente en las empresas encargadas de generar riquezas y en los individuos que ponen a disposición del bienestar del país su talento y fuerza de trabajo.