El anuncio que hizo el Gobierno sobre el reforzamiento y aumento de los subsidios a los transportistas y a otros sectores para evitar mayores aumentos de precios sobre los bolsillos de los consumidores es positivo.
Sin embargo, dos elementos deben ser considerados en este aspecto para evitar errores del pasado que han resultado en pérdidas para el Estado y aumento del clientelismo político: la regularización y supervisión efectiva de esos subsidios, y la firme posición de que se trata de ayudas temporales, de coyuntura, que deben ser finalizadas en el momento en que los precios internacionales con incidencia local vuelvan a normalizarse.
En República Dominicana se ha hecho costumbre aplicar subsidios de temporada que luego se quedan institucionalizados a favor de sectores que ya no los necesitan.
Las fuentes de esos subsidios están disponibles, pues los ingresos del Estado aumentaron gracias a esas alzas de precios que llaman “inflación externa”.