El programa de asfaltado que aplican las autoridades en todo el país tiene las mejores intenciones, pero adolece serias debilidades. De repente vamos en una calle, avenida o autopista rodando sobre asfalto nuevo y de repente sentimos el salto o el “bajón”, es decir, el desnivel.
Se ha vuelto frecuente ver que se interrumpe la reparación del asfalto en cualquier lugar sin razones aparente. Las explicaciones, por lo visto, no están en la agenda.
Esto no sólo es molestoso, sino que puede representar un riesgo a la seguridad de quienes conducen por cualquier vía de comunicación terrestre en nuestro país.
La población sólo se pregunta por qué sucede esto. ¿Por qué se detiene el asfaltado? En algunos casos, y es peor, el borde que dejan cuando cortan el asfalto viejo, resulta aún más peligroso y puede dañar aros o neumáticos, pues realmente quedan con un filo. ¡Resuelvan eso!