El mercado turístico está establecido, pero sigue diversificándose, siendo una oportunidad para los inversionistas, en particular para aquellos que quieren diversificar sus ingresos a través del alquiler y renta. Después del covid-19, el sector de bienes raíces está inclinándose hacia los puntos turísticos como Higüey, Puerto Plata y La Romana, esto con el fin de rentar una propiedad a turistas.
Durante 2020, año pandémico, República Dominicana registró ingresos de US$446 millones por inversiones inmobiliarias, de acuerdo con datos del informe “Invirtiendo en República Dominicana”.
Para el ingeniero Daniel Fernández, la región Norte tiene el potencial turístico necesario para impulsar los proyectos de rentas vacacionales. “Hace cuatro años nuestra visión fue decirles a todos los hoteleros, específicamente de la zona de Playa Dorada, que entendíamos que el futuro de Puerto Plata era de la mano con el desarrollo inmobiliario”, explicó.
Con este pensamiento se inicia la construcción de Green One, un proyecto de renta vacacional que tiene una inversión de US$100 millones. Sin embargo, indica que el resurgimiento de la zona turística debe ir de la mano con la construcción de la autopista del Ámbar, que tiene un costo estimado de US$400 millones a cargo de una alianza público-privada.
“Estamos esperanzados de que con el primer picazo de la carretera Ámbar sea el punto de partida para que el Norte realmente logre el desarrollo que necesita”, sostuvo. Además, agregó que el destino turístico espera la llegada de 1.5 millones de viajeros procedentes de cruceros.
Público
Para mantener el distanciamiento y resguardar la vida humana, los viajeros se agruparon en familias, parejas y amigos para rentar una villa o apartamento para sus vacaciones. El ejecutivo indica que su público se concentra en la región del Cibao, específicamente en las demarcaciones de Moca, La Vega, Santiago y Puerto Plata. Mientras, los dominicanos ausentes residentes en New York y New Jersey están inclinándose a rentar, acción que los anima a hacer turismo y dinamizar la zona.
Resalta que a ‘La Novia del Atlántico’ se le conoce por las playas Sosúa y Cabarete, la arquitectura victoriana en el centro histórico, el recorrido del teleférico y el sendero 27 charcos de Damajagua, siendo una opción de entretenimiento para los inquilinos.
Fernández comenta que los precios varían por la oferta y demanda. En temporada alta un ‘estudio’ de una habitación apta para cuatro personas tiene un costo de US$145 la noche, mientras que un apartamento de dos habitaciones valdrá 34.4% más, al totalizar US$195.
Si el inquilino prefiere la exclusividad con piscina o jacuzzi en la instalación, tendrá que pagar entre US$40 y US$50 más por la amenidad. Además, la renta larga oscila entre seis meses y un año, siendo los extranjeros el segmento que más prefiere este período.