[dropcap]L[/dropcap]a seguridad alimentaria es un tema sensible que une a todos los organismos nacionales e internaciones que trabajan en beneficio de la agricultura y a la vez hacen recomendaciones para que los gobiernos puedan contrarrestar las amenazas a los cultivos, fuentes de alimentación y generación de riquezas, por plagas y hongos que ponen en riesgo la salud.
Elaborar planes de trabajo como prevención a posibles entradas de insectos y bacterias que dañan las siembras de diversos rubros, constituye una gran tarea para los países subdesarrollados que no cuentan con todas las herramientas necesarias a la hora de dar respuestas fiables cuando uno o varios cultivos son afectados.
En el 2014 República Dominicana fue puesta a prueba al respecto, cuando la llamada Mosca del Mediterráneo, detectada en Punta Cana, Higüey, provocó suspensión en las exportaciones de frutas y vegetales a territorio estadounidense por ser hospederos de este insecto, que se propaga rápidamente, si no se toman las precauciones necesarias.
Esta situación provocó cuantiosas pérdidas económicas a los productores, quienes tuvieron que reorganizar las labores de siembra y mantenimiento de sus fincas con el objetivo de producir bajo ambientes libres de plagas e insecticidas. A principio de este año el Departamento de Agricultura y Sanidad Vegetal de los Estados Unidos (APHIS, siglas en inglés) levantó esta sanción, aunque de manera parcial.
Ante esta realidad surge la interrogante: ¿cuáles son las plagas más comunes que afectan los principales cultivos dominicanos? La repuesta se encuentra en el documento “Índice de Plagas y Enfermedades de Importancia Económica en República Dominicana”, publicado recientemente en una versión actualizada por el Ministerio de Agricultura, a través de su Oficina de Ejecución de Proyectos (OEP), en el que se realiza un diagnóstico general sobre los daños causados por insectos, ácaros, hongos, bacterias y virus a cultivos como plátano, banano, frutas y vegetales, entre otros considerados de gran importancia económica.
En la presentación de este listado de plagas se tomaron en cuenta documentos similares, elaborados por Fernando J. Valdez y Porfirio A. Álvarez en el 2010, así como el reporte de Fernando J. Valdez de 2005, también el índice de plagas presentado por Pedro E. Jorge, en el 1999.
Este instrumento, de acuerdo a las autoridades agrícolas del Gobierno, servirá de consulta a los técnicos y profesionales del Departamento de Sanidad Vegetal, quienes están vinculados al “Sistema de Vigilancia, Notificación y Monitoreo Fitosanitario”, destinado a mantener un control fiable de las medidas fitosanitarias en los campos agrícolas del país.
Resultados
En el documento se indica que a 24 cultivos les fueron listados 1,773 organismos que tienen la condición de plagas, los cuales diezman la producción nacional en sus diferentes fases cuando se encuentra presentes ya sea de manera parcial o general. Para determinar el nivel de presencia, los investigadores le asignaron un código desde P1, que indica localización en todas las áreas hasta p11 (en escasa prevalencia).
Se determinó, de acuerdo a las observaciones de los especialistas, que de las 1,773 alimañas que causan calamidades en los cultivos, 639 son insectos, los cuales representan la mayor población de plagas con un 36%, y que a la vez están presentes en todos los rubros de importancia económica en el país.
Esta importancia radica en el hecho de que son exportados a las grandes plazas internacionales, como Estados Unidos y la Unión Europea, las cuales se rigen por las Normas Internacionales sobre Medidas Fitosanitarias (NIMF) establecidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Cabe destacar que en esa publicación se incluyó la categorización de malezas, aquellas plantas que logran crecer sin la intervención humana y pueden ahogar a los cultivos, provocando grandes pérdidas económicas, si no existen planes adecuados de eliminación.
Otro acápite del documento reseña que desde el 2005 a la fecha el Departamento de Sanidad Vegetal (DSV-MA), como Organización Nacional de Protección Fitosanitaria (ONPF), ha enfrentado diversos retos en relación al acatamiento de las prescripciones fitosanitarias internacionales. Dentro de estas reglas están disminución de los residuos de plaguicidas, fortalecimiento de la inocuidad en los productos exportables y disminución de la presencia de plagas en los embarques dirigidos al exterior.
El país tiene todavía grandes retos en materia agrícola, los cuales debe superar para bien de todos los dominicanos.
Propagación de malezas
En el informe citado se incluyó un apartado que señala los diferentes tipos de malezas que pueden dificultar en gran medida las labores agrícolas, servir de hospederos a plagas y enfermedades, reducir el rendimiento y la calidad de los cultivos, envenenar a los animales, disminuir el valor de la tierra y causar problemas a la salud. Se podría poner como ejemplo a los tipos yerba blanca y juana la blanca.
La yerba blanca afecta de manera exclusiva a los cultivos de cebolla, aguacate, habichuelas y tomate, en tanto que juana la blanca causa daños a las siembras de ajíes picante, cítricos, musáceas (Plátano y banano), papa, repollo, ajo, lechoza, piña, melón y al tabaco.
Ambas se encuentran presente en las berenjenas, ajíes dulce y los cultivos de mangos. Los diferentes organismos, considerados como plagas (Insectos, patógenos, vertebrados plagas y las malezas) fueron categorizados por su fase crítica y la etapa donde provocan mayores dificultades a los cultivos reportados.
También se tomó en cuenta los nombres comunes por los que son conocidos en República Dominicana. En este informe fueron revisadas 157 referencias para confirmar y verificar la presencia o ausencia de determinadas plagas.
La categorización b1 refiere, de acuerdo al documento, que en el periodo analizado no se encontaron registros de esa plaga en los cultivos, pero los especialistas explicaron que podría aparecer en un momento determinado.