El Banco de Pagos Internacionales (BPI) considera que los bonos vinculados a la sostenibilidad, un mercado incipiente, ofrece ventajas respecto a los bonos verdes convencionales porque penalizan al emisor en caso de no lograr los objetivos establecidos en una fecha.
Estas penalizaciones podrían ayudar a lograr los objetivos del Acuerdo de París sobre el clima.
“Los bonos verdes convencionales pueden no resultar en una reducción material de las emisiones de carbono, incluso, si prometen usar los ingresos para ello”, dice el BPI en un artículo de su informe trimestral de septiembre, publicado hoy.
El primer estado soberano en emitir bonos vinculados a la sostenibilidad fue Chile, en marzo de 2022.
El Banco Central Europeo (BCE) va a aceptar bonos vinculados a la sostenibilidad como garantía en sus operaciones de refinanciación a los bancos para apoyar la innovación en el área de finanzas sostenibles.
El mercado de bonos verdes, sociales y sostenibles se cuadruplicó desde enero de 2019 y hasta finales de junio, hasta los 2.9 billones de dólares, según cifras del BPI.
El BPI considera que se debe mejorar la credibilidad de las revisiones externas y los informes sobre estos bonos.
Los bonos verdes, sociales y sostenibles, consiguen fondos que se usan para financiar o refinanciar proyectos relacionados con el clima y el medioambiente, proyectos sociales, por ejemplo de salud y educación, o una mezcla de los dos.
Los soberanos llegaron tarde a la emisión de los bonos verdes, sociales y sostenibles, pero han contribuido mucho a su crecimiento recientemente, pasando de tener una cuota de emisión del 4% al 7.5% en los dos años y medio últimos, añade el BPI.
Los gobiernos, como emisores soberanos, pueden establecer buenas prácticas ambiciosas para los emisores privados.
Una forma de hacerlo y de avanzar en los objetivos de reducción de las emisiones de carbono sería poniendo multas a quien emita bonos vinculados a la sostenibilidad y no cumpla lo establecido.
El primer bono soberano verde fue emitido por Polonia y Francia a comienzos de 2017.
Aunque su llegada fue tarde, la emisión de bonos verdes soberanos ha aumentado mucho desde la pandemia por el generoso apoyo fiscal y porque muchos gobiernos son más ambiciosos con el clima.
A finales de 2019, la cuota de emisores soberanos del total de bonos verdes, sociales y sostenible era del 4.2%, pero a finales de junio de 2022 alcanzó el 7.5%. Treinta y ocho soberanos de los cinco continentes realizaron emisiones de estos bonos.