Desde mediados del 2021, la peste porcina africana (PPA) ha representado una de las principales problemáticas con las cuales ha tenido que lidiar el sector agropecuario dominicano, por la cantidad de cerdos que ha mermado esta enfermedad.
Datos de la Dirección General de Ganadería (Digega) muestran que, en los primeros nueve meses del 2022, los productores han generado 49,162,866 kilos de esta carne, una cantidad que se aproxima en un 79% a lo alcanzado durante el año 2021, de 62,317,365.
El asesor agropecuario del Poder Ejecutivo, Eric Rivero, estimó que la producción porcina, en general, ha disminuido alrededor de un 40%. “Es una preocupación permanente, tanto del presidente como de los productores agropecuarios ese tema, y que se están haciendo los esfuerzos para la erradicación de la enfermedad”, manifestó durante un desayuno ejecutivo sostenido con representantes del sector agropecuario y miembros de la prensa.
Agregó que las principales granjas no han sido afectadas por lo que, pese a la baja productiva, considera que esto garantiza que las empresas procesadoras de carne de cerdo podrán mantenerse operantes.
Consideró que habrá suficiente cantidad disponible para satisfacer la demanda durante esta temporada navideña, aunque no otorgó cifras concretas al respecto.
Producción ovino-caprina
Una de las medidas tomadas por las autoridades para garantizar la recuperación económica de los productores de cerdos que se han visto afectados por la PPA ha consistido en incentivarles a la producción de otro rubo: el ovino-caprino, que también representa una fuente importante de proteína animal.
Tanto Rivero como el director general de Ganadería, Geovanny Molina, concordaron en que esta política no representa una competencia al sector porcino.
“En este país debemos producir muchos alimentos. Si hay algún problema con el cerdo, eso no va a evitar (la producción ovino-caprina) en otras zonas”, dijo el asesor agropecuario, quien resaltó que los programas para incrementar la crianza de ovejas y cabras se ha concentrado en demarcaciones deprimidas del país, como la línea fronteriza y la zona sur.