El Gobierno socialista de Portugal espera recaudar entre €50 y €100 millones con la tasa temporal que aplicará en 2022 y 2023 a los beneficios extraordinarios de las empresas de energía y del sector de la distribución.
La cifra fue avanzada por el secretario de Estado de Asuntos Fiscales, Nuno Félix, en el Parlamento, donde avisó de que se trata de “nuevos tributos”, por lo que la estimación “tiene un margen de error significativo”.
Félix recordó que la medida llega en un contexto “absolutamente excepcional”, con la guerra de Ucrania, las presiones inflacionistas y sus repercusiones en el precio de bienes esenciales como la energía y la alimentación.
“Estoy seguro de que nadie quiere beneficiarse de las circunstancias excepcionales que todos vivimos y por tanto debemos crear las condiciones para alcanzar soluciones equilibradas y justas”, dijo el secretario de Estado, que pidió “responsabilidad social” a todos.
Y consideró que es “de justicia” llamar a las empresas que puedan obtener beneficios con la energía y los bienes alimentarios.
El Gobierno aprobó en noviembre una propuesta de ley para tasar con un 33% los beneficios extraordinarios de las empresas de estos dos sectores que registren ganancias al menos un 20% por encima de la media de los cuatro años anteriores.
La medida necesita todavía recibir el visto bueno final del Parlamento, donde los socialistas de António Costa tienen mayoría absoluta.