Si bien América Latina tiene los recursos hídricos más abundantes del mundo, el suministro de agua se convertirá en un tema político importante, y por consiguiente, en un reto para la región, a pesar de los pronósticos alentadores.
En ese contexto, y en momentos en los cuales las sequías son cada vez más comunes, República Dominicana, junto con Cuba y Haití, está entre los países con mayores riesgos de enfrentar ese fenómeno climático en 2023. Ese panorama, tal como indica un informe elaborado por Economist Intelligence, pone los recursos hídricos bajo presión en muchos países de la región .
De acuerdo con el centro de predicción climática de EE. UU., hay un 76% de probabilidad de que el patrón meteorológico de La Niña se produzca entre diciembre-febrero. Esto marcaría una “rara” y “triple caída” por tercer año consecutivo de La Niña y las condiciones de sequía que genera para gran parte de América Latina.
El informe detalla que, ya sea que las condiciones de sequía persistan en 2023 o se calmen un poco, el problema del estrés hídrico (la brecha entre la oferta y la demanda de agua) no desaparecerá y, de hecho, es probable que sea alta la escasez de agua para la región.
Panorama
Las grandes potencias agrícolas de América Latina también son extremadamente susceptibles a condiciones de sequía, como se refleja en cifras de producción que el Economist Intelligence calificó como decepcionantes en algunos países en los últimos dos años, incluso en un entorno de precios elevados.
México y Chile no se encuentran entre los países con mayores riesgos de sequía, razón por la cual la oferta empresarial no se ha visto afectada por las condiciones hasta la fecha. La razón se encuentra en “generosos” contratos de suministro de agua a largo plazo que se firmaron antes de que surgiera el problema del estrés hídrico.
No obstante, estos acuerdos han recibido críticas. En México, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, amenazó con poner fin a las operaciones de la cervecería en el norte del país afectado por la sequía. En Chile, por su parte, el informe indica que la regulación de los escasos recursos hídricos será retomada en un esfuerzo renovado para reescribir la constitución que se está poniendo en marcha.
En ambos países, como en el resto de la región, existe mayor posibilidad de que las nuevas regulaciones terminen obstaculizando la futura minería y desarrollo de la agricultura.
Ante esa realidad, las exportaciones de bienes pueden verse afectadas por sequía. También, una ruta de transporte fluvial crucial que transporta las exportaciones paraguayas a Argentina (desde donde viajan a otros importantes mercados de exportación) se ha secado, frenando los tránsitos. Para concluir, el informe detalla que el riesgo de estos problemas recurrentes en 2023 es alto.