América Latina y el Caribe podrían contribuir a resolver algunos de los mayores desafíos mundiales, entre ellos la inseguridad alimentaria y la necesidad de energía limpia. Así lo aseguró el nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, en su discurso inaugural.
De acuerdo con Goldfajn, producir más energía limpia no sólo beneficiaría a la región, sino que ayudaría al mundo a cumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París. En ese sentido, agregó que no puede “pensar en ninguna institución que pueda ayudar mejor a la región a hacer realidad esa esperanza que el BID”.
Asimismo, durante su discurso sostuvo que los pueblos de América Latina y el Caribe “merecen mejores trabajos, calles más seguras, atención médica de calidad, internet más rápido, mejores servicios públicos, mejor infraestructura y otros elementos esenciales de la vida a los que con toda razón aspiran. Y sí, una sensación de esperanza en el futuro”.
Cambio climático
Al abordar el tema del cambio climático, señaló que, durante esta “nueva etapa”, el BID se esforzará por facilitar la inversión en mitigación y adaptación climática, y ser ambiciosos a la hora de ayudar a los países a cumplir sus objetivos del Acuerdo de París.
Aprovechó el momento para recordar que la región experimenta actualmente tres veces más fenómenos climáticos destructivos por década que hace 50 años. En ese orden, también destacó que esos acontecimientos causan diez veces más daños económicos. “Debemos ser más receptivos, ágiles y creativos para hacerles frente”, señaló.
Una tercera prioridad para el BID y su nuevo presidente es invertir más en infraestructura física y digital sostenible para impulsar la integración regional. Entre 2008 y 2017, las regiones de América Latina y el Caribe destinaron solo el 2.8% del PIB a infraestructura, la mitad que los países de Asia Oriental y el Pacífico.
Goldfajn dijo que se esforzará por asegurar que los proyectos del BID ofrezcan resultados más eficaces, con su trabajo impulsado por datos y evidencia. En 2021, sólo el 53% de los proyectos del BID con informes de finalización de proyectos recibieron una calificación positiva de la Oficina de Evaluación y Supervisión del BID. “Podemos hacerlo mejor”, expresó.
Ayuda
El BID tiene como misión mejorar vidas. En ese sentido, es una de las principales fuentes de financiamiento de largo plazo para el desarrollo económico, social e institucional de América Latina y el Caribe. No obstante, Goldfajn aseguró que “al final, lo que realmente importa es no solo cuántos préstamos aprobamos o aun cuánto dinero prestamos”, sino que lo primordial es el impacto de desarrollo tangible y medible.
Sin embargo, destacó que otra clave para lograr la visión es seguir creciendo en las operaciones del sector privado. Esa sería la razón por la cual se comprometió a promover un nuevo enfoque, haciendo que el BID sea más cooperativo, tanto dentro del Grupo BID como entre socios y partes interesadas.
“Los desafíos del BID y los grandes problemas de la región no se crearon de la noche a la mañana. No los resolveremos en un día. Les pido paciencia y persistencia, pero hoy tenemos una oportunidad increíble de elevar las expectativas de futuro y crear esperanza desde el principio”, concluyó Goldfajn.