Iniciar una empresa puede ser un reto para cualquier emprendedor. Sin embargo, entender la dinámica del negocio y escuchar a los clientes puede ser clave para que sea exitosa. Así lo plantea Elizabeth Ripoll, creadora y directora de Orgliz, una marca de productos para cuidado de la piel.
Ripoll, quien es licenciada en Mercado, madre de dos y una apasionada de los rituales de belleza, destaca que han logrado posicionar su marca porque han escuchado al consumidor. Además, mantienen su promesa de valor y crean productos que realmente son efectivos.
“Crear productos que no comprometan la salud y que vayan en armonía con lo que tiene que ver con la naturaleza” ha sido su prioridad desde el principio. “Hemos cambiado la línea gráfica, pero la esencia de los productos ha sido siempre igual. Es algo que no puede cambiar”.
Actualmente, han diseñado 54 productos, distribuidos en cinco líneas, las cuales tratan diferentes necesidades de la piel. Tienen tres líneas faciales y una corporal.
Su amor por la naturaleza la llevó a inclinarse por tener una marca con un sello sostenible. “Pequeñas acciones pueden generar grandes cambios si las hacemos todos”, afirma, al destacar que para ella es importante que todo lo que haga esté enfocado en cuidar el medioambiente.
Por tal razón, han diseñado una estrategia de ventas para que las personas aprendan a reciclar. Para ello, otorgan un 10% de descuento a quienes lleven sus envases vacíos para adquirir nuevos productos.
“Queremos ser la primera opción de los dominicanos en sus rituales de belleza”.
Elizabeth Ripoll
Orígenes
Inició el proyecto por una alergia que estaba teniendo su hijo mayor, quien fue sometido a varios tratamientos. Este proceso la llevó a investigar sobre los componentes que tenían los productos. “Me di cuenta de que muchos de los ingredientes que tenían eran causantes de muchas de esas alergias, incluso, aquellos que son destinados para niños”.
Gracias a esto, comenzó a probar con marcas orgánicas. Aprender más sobre el mundo de la cosmética se convirtió en una pasión para Ripoll, lo que la llevó a prepararse en temas cosmética vegetal. De ahí, salió el primer producto, un jabón llamado “Ángel”.
La variación del clima en República Dominicana le impulsó a seguir diseñado soluciones para las necesidades de la piel de su hijo. “Comencé a buscar formulaciones que fueran para climas como el nuestro, no solamente en la textura, sino que también trabajaran las necesidades de las pieles que están en climas como el de nosotros”. Este paso le permitió crear una línea para el cuidado de la piel.
Aunque su intención era solucionar las alergias de su hijo, hoy Ripoll cuenta con una empresa que ha logrado posicionarse en el mercado local. “Comencé a hacer productos para las personas que estaban a mi alrededor y ya luego, entonces, la demanda que estaba teniendo era muy grande y dije ‘vamos a hacer las cosas correctamente’”.
“Cuando decidí que esto iba a ser un negocio, comencé a investigar con Salud Pública para ver cuál era el procedimiento para los registros sanitarios, luego me entrevisté con algunos laboratorios”, recuerda.
Inició sola y se encargó de diseñar su página web, fórmulas, etiquetas y manejar las redes sociales. Sin embargo, el crecimiento de su empresa la llevó a tener que armar un equipo, que, ahora, es de ocho personas, además, subcontratan algunos servicios.
La calidad de las líneas para el cuidado de la piel de Orgliz ha llegado a varios puntos del país, pero también del mundo, ya que pueden ser adquiridos en Amazon y en Walmart.
Retos
Antes de dar el paso, dedicó casi un año para aprender sobre los extractos y cómo combinar los ingredientes. “Cualquiera puede crear un producto, pero para que realmente funcione tiene que haber un criterio y conocimiento científico”.
“Hay que trabajar muy duro, capacitarse y rodearse de personas y empresas que realmente te puedan ayudar a crecer”, pero “uno tiene que confiar mucho en su instinto, hay señales que te da la vida”.
“Todos estos procesos (rituales de belleza) son un acto de amor propio. Me gusta incentivar a las mujeres para que no lo vean como un acto para contrarrestar lo que la edad nos trae, sino que es un acto de amor propio”.
Elizabeth Ripoll
Recomendaciones
Una recomendación que da Ripoll es escuchar a los usuarios, ya que ellos van dando las señales de qué cosas necesitan. “Tienes que tratar de que eso que vayas a hacer tenga tu detalle y que te haga diferente”. De ahí, surgen sus ideas de productos.
“Uno tiene que estar pendiente y, obviamente, tienes que ser muy selectiva con todo lo que consumes, las redes te pueden aportar mucho, trata de encontrar gente que realmente te inspire y te haga dar lo mejor de ti”, exhorta.
Destaca que es importante que se capaciten constantemente para poder generar nuevas ideas. Además, invita a las emprendedoras a identificar el público que realmente estaría interesado en adquirir sus productos y servicios.