Cuando se trata de concientizar acerca de una problemática, pueden pasar dos cosas: el número de casos se reduce, o la cantidad de denuncias aumentan, lo que se puede traducir en un incremento de víctimas. Esto último podría estar pasando en República Dominicana cuando se habla de crímenes de alta tecnología, pues registraron un aumento de un 45.2% en 2022, y más de un 90% desde 2020.
Así muestran datos de la Procuraduría General de la República (PGR) que señalan que el año pasado se reportaron 8,330 casos. Ese número representó el 5.13% de las más de 160,000 denuncias registradas en 2022. Un año antes, el total fue de 5,736 casos o el 4.03% de los más de 140,000 delitos de los que se tiene constancia.
En cualquiera de los años, los crímenes y delitos de alta tecnología se posicionan entre las 10 principales problemáticas de República Dominicana, de más de 45 que tiene registrada el órgano estatal.
Ciberdelicuencia
Cuando se habla de denuncias de alta tecnología, se hace referencia a una variada lista de infracciones. Desde apropiación indebida de información, que puede ocurrir mediante el phishing, hasta la suplantación y extorsión.
En la lista se incluyen estafa electrónica, clonación de tarjetas, obtención ilegal de fondos, así como transferencias, comercio de bienes y servicios en medios electrónicos de manera ilícita, además de código malicioso, apropiamiento de páginas web, dominios y piratería.
Según la PGR, también hay casos de robo de identidad, falsificación de documentos y firmas, difamación a través de las redes sociales, chantaje vía electrónica y amenazas vía telefónica.
Datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) arrojan luz en torno al tema. Indican que solo en 2022, al menos un 22% de los dominicanos fueron víctimas de algún ciberdelito. Entre ellos citan el ciberacoso (12%), hackeo de redes sociales (4.6%) y correo electrónico (3.7%), además de clonación de tarjeta de débito o crédito (2.8%) y robo o suplantación de identidad (1.9%).
El delito de mayor incidencia fue el redireccionamiento. Este ocurre cuando al intentar acceder a una página web, se abren páginas fraudulentas automáticamente, solicitando información personal de la persona que está navegando en Internet. Al menos el 12.0% de la población indicó haber sido víctima.
Los crímenes y delitos de alta tecnología fueron, de hecho, uno de los tres casos más registrados en el Distrito Nacional en 2022. Totalizaron 818 denuncias y representaron el 10.88% del total. Estuvieron por arriba de golpes y heridas (673), violencia intrafamiliar (586), estafa (478), código de trabajo (308) y violencia de género (161).
En Santiago presenta indicadores similares. La ciberdelicuencia sumó 1,882 víctimas y estuvo entre las cinco principales denuncias. En Santo Domingo Este fueron 1,559 y Santo Domingo Oeste 629.
Ciberseguridad
Ante una problemática que cobra más víctimas, la ciberseguridad se vuelve fundamental. En ese sentido, la Superintendencia de Bancos ofrece pasos simples para protegerse. Entre ellos cita la verifica la autenticidad del sitio web.
“A la hora de utilizar la banca en línea, asegúrate de escribir correctamente la dirección del sitio en internet. Esto te evitará ingresar a páginas falsas que intentan hacerse pasar por tu entidad financiera”, indican. Los sitios fraudulentos tienden a utilizan el logo, colores y cualquier otro elemento característico de la entidad financiera a que pertenece el usuario.
Recomiendan nunca acceder a la entidad a través de enlaces web que compartan desde correos sospechosos. Alertan que “tu banco nunca te enviará un link para redirigirte a una nueva página web”. Por eso aconsejan evitar hacer clic en vínculos enviados por correo electrónico, mensaje de texto o cualquier otra vía.
Otros consejos son no compartir información confidencial por correos, llamadas o mensajes de texto. Señalan que las entidades financieras no solicitan por esas vías la actualización de información de acceso a productos tales como usuarios y contraseñas. Dos últimas recomendaciones son evitar utilizar cualquier red o dispositivo públicos, y monitorear los recursos con regularidad.