[dropcap]L[/dropcap]os siete países signatarios del Consejo Monetario Centroamericano (CMCA) acumulan una deuda pública por US$134,012 millones, según el Informe de Riesgo País correspondiente el primer trimestre de 2016.
El documento aborda las calificaciones y opiniones sobre los principales factores de riesgo, retos y puntos fuertes de las economías de la región, elaborados por las calificadoras de riesgo Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch Rating.
República Dominicana, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, miembros del organismo regional, están obligados a dinamizar la inversión e incrementar la productividad para retomar una senda de crecimiento sostenido y sustentable en el largo plazo.

Como porcentaje del producto interno bruto (PIB), Costa Rica es el país con el nivel de endeudamiento más preocupante. A febrero, su deuda es de US$33,563 millones, un 69.7% del PIB. El año anterior, en este mismo mes, la deuda pública ascendía a US$29,957 millones, lo cual implica un incremento del 12%.
Según el informe, entre los factores de riesgo están la rigidez del gasto público, empeorado desde 2008, debido a los aumentos en la nómina del sector público y a las transferencias sociales. Además, destaca una erosión fiscal en los últimos años, con mayores déficits presupuestarios y una carga de deuda pública en aumento. Indica que el país también ha tenido retrasos en la aprobación de reformas fiscales importantes.
El segundo país de la región con una deuda alta es El Salvador, cuyo saldo a febrero era de US$16,769 millones, un 64.1% respecto al PIB. Como riesgos el documento señala el deterioro del endeudamiento público debido a los grandes déficits primarios y el costo de pensiones, así como la baja captación de inversión extranjera directa (IED) y competitividad, con altos costos de energía.
Un aspecto de riesgo señalado es el bajo crecimiento económico, que resalta las debilidades estructurales y vulnerabilidad a choques externos, así como la carencia de instrumentos monetarios y altos índices de criminalidad.
El informe aconseja iniciar una consolidación fiscal y estabilización de la carga de la deuda pública en el mediano plazo, incluida una reforma al sistema de pensiones, así como impulsar el crecimiento económico y reducir criminalidad. “El país debe buscar financiación alternativa a través de las letras del Tesoro a los mercados internacionales de capital”, señala.
República Dominicana aparece en tercer lugar, con una deuda pública consolidada a febrero por US$31,457 millones, un 46.8%. El CMCA, al señalar los factores riesgos, apunta a un nivel de reservas internacionales relativamente bajo, cuentas fiscales expuestas a variaciones cambiarias dada una elevada proporción de deuda en moneda extranjera, baja recaudación fiscal y a una alta vulnerabilidad energética con impacto en cuentas externas.
Entre los retos inmediatos, según el informe, está superar deficiencias estructurales en el sector eléctrico, que impactan en el déficit del Gobierno; realizar acciones que mitiguen las vulnerabilidades fiscales y mejorar la liquidez externa del país a través de una mayor acumulación de reservas internacionales.
Sin embargo, también destaca algunos factores positivos, como es el crecimiento económico sostenido y consolidación fiscal, el clima de negocios competitivo con importante flujo de IED y diversificación de la base exportadora; régimen monetario de metas de inflación en proceso de consolidación, reducción en el déficit fiscal producto de la implementación de reformas tributarias, y aumentos del gasto social. Resalta como positivo la centralización de las cuentas del Gobierno y mejor manejo del flujo de caja a través de la cuenta única del tesoro.
Nicaragua es otro de los países de la región con una deuda que alcanza el 45.97% del PIB. El saldo a enero de este año fue de US$5,827 millones. El país se caracteriza por bajos niveles de ingreso per cápita, rigidez de política monetaria, posición débil en los indicadores de gobernanza del Banco Mundial y debilidad institucional, así como por considerables déficits de cuenta corriente.
Panamá, con el segundo mejor rango de crecimiento en 2015 (5.9%), acumula una deuda por US$21,312 millones, un 46.1% del PIB. Entre sus factores de riesgo están la ausencia de instrumentos monetarios y cambiarios que amortigüen los choques externos, ausencia de un seguro de depósitos, prestamista de última instancia u otros mecanismos para proporcionar liquidez temporal a una institución financiera en problemas; aumento del déficit del Sector Público No Financiero.
Entre los retos que considera el CMCA tiene este país están continuar con el nivel elevado de crecimiento económico para mantener una economía más resistente; reducir la moderada rigidez de la política fiscal, continuar con la fuerte inversión privada para compensar en gran medida la disminución gradual en la inversión del sector público.
Mercado local de Honduras
Honduras acumula una deuda pública por US$8,995 millones, equivalente al 42.1% del PIB. Sus factores de riesgo son: limitado mercado local de capitales, aumento de los pasivos externos, particularmente por deuda pública; rigideces en el régimen cambiario que restringen la política monetaria, altos índices de delincuencia.
Sus retos inmediatos están relacionados con aumentar las reservas internacionales, superar las deficiencias estructurales de las instituciones públicas y en el sector energético, así como implementar reformas que incrementen el crecimiento y continúen reduciendo rápidamente la criminalidad. El país con el menor nivel de endeudamiento respecto al PIB es Guatemala. A febrero de este año cerró en US$16,769 millones (23.6%).
El CMCA destaca que las finanzas públicas demuestran baja carga tributaria, aunque ha existido un bajo déficit fiscal. Entre sus riesgos están que el gasto público es bajo y rígido, lo que limita al gobierno a hacerle frente a necesidades sociales.
Otros peligros que enfrenta el país son la baja inversión pública en infraestructura, debilidades del capital humano y un alto nivel de delincuencia que limita el potencial de crecimiento del PIB del país.
Entre sus retos están: mantener la estabilidad macroeconómica y financiera, mejorar el rendimiento fiscal para obtener recursos fiscales para aliviar la pobreza y mejorar la infraestructura, avanzar en los indicadores de desarrollo humano y condiciones sociales y continuar sosteniendo la reducción de los niveles de criminalidad por sus efectos en la inversión, así como implementar reformas que fortalezcan las instituciones públicas.
Agencias calificadoras de riesgos ponen la vista sobre finanzas de las naciones
En el primer trimestre 2016, las agencias calificadoras de riesgo Fitch Ratings, Standard and Poor’s y Moody’s Investor revisaron las calificaciones y perspectivas de riesgo de Costa Rica, Nicaragua y Panamá.
En enero 2016 Fitch Ratings confirmó la calificación de riesgo de Costa Rica en BB+, pero con perspectiva negativa, argumentando que un crecimiento continuo de la deuda pública del país, derivado por altos déficits fiscales y pocos avances en la reforma tributaria para corregir los desequilibrios fiscales.
Fitch también ratificó el grado de inversión de Panamá en “BBB con perspectiva estable”. La agencia señaló que este país muestra un desempeño macroeconómico firme y sigue siendo el único país en la región que su deuda se ubica con una calidad de “Grado de Inversión Bajo”.
En febrero 2016, Standard & Poor’s rebajó la calificación de riesgo soberana de Costa Rica desde BB a BB- y modificó perspectiva de deuda de “estable a negativa”, debido al deterioro fiscal del país y aumento de la vulnerabilidad a choques externos.
S&P también otorgó por primera vez calificación a la deuda soberana de largo plazo de Nicaragua, siendo de “B+ con perspectiva estable”, debido al desempeño económico estable del país y a la baja carga de la deuda del gobierno general y estabilidad política. En ese mismo mes, Moody’s Investor modificó perspectiva de deuda soberana de Costa Rica de “estable a negativa” y afirmó calificación de riesgo en “Ba1”.
Siendo uno de los principales motivos un alto déficit fiscal y el atraso en la aprobación de medidas para frenar dicho déficit. Las agencias calificadoras ratifican la necesidad de mejorar el financiamiento del gobierno.
Enfoque del FMI
El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su informe “Perspectivas de la Economía Mundial”, en el que estimó un crecimiento económico mundial de 3.2%, lo que implicó 0.2 puntos porcentuales por debajo del pronóstico elaborado en enero pasado.
Según el FMI el crecimiento se acelerará a partir de 2017 y estima que la evolución para las economías avanzadas para 2016 será de 1.9%, contrario a la región de América Latina y el Caribe que en promedio se contraerá en -0.5%.
El organismo financiero multilateral ve como posibles riesgos que las condiciones financieras se han tornado aún más restrictivas fuera de las economías avanzadas.
El aumento de las salidas de capital netas de los mercados emergentes podría, según el informe, provocar una mayor depreciación de sus monedas, lo cual, a la larga, podría repercutir negativamente en los balances de los agentes que no cuenten con una adecuada cobertura cambiaria.
La demanda, en particular la de inversión, sigue siendo baja a escala mundial, pero sobre todo en los países exportadores de materias primas, cuyos términos de intercambio se han desmejorado.