Antes de una entidad bancaria otorgar cualquier préstamo a quien lo solicita, evalúa no sólo el riesgo que podría enfrentar como institución, sino la capacidad de pago del cliente, entre otros requisitos.
Así mismo, existen calificaciones en el ámbito mundial para cada país, respecto a su capacidad de acceder a financiamientos, ya sea por medio de emisión de bonos soberanos y desde bancos internacionales.
El indicador de bonos de mercados emergentes (EMBI, siglas en inglés) es calculado por los inversionistas basándose en el comportamiento de la deuda externa de cada nación. Este mide la facultad de cada país para “honrar sus obligaciones”.
¿Qué quiere decir esto? Que mientras menor sea el EMBI, también lo será el riesgo país y, por ende, tendrá mayor capacidad de pago. Cuando el indicador es mayor, entonces el riesgo país aumenta y esto se traducirá a que será más difícil cumplir con sus compromisos de pago.
El promedio a nivel global se coloca en 372, mientras que en Latinoamérica el promedio es de 411. República Dominicana se sitúa en el noveno lugar entre los países de la región que están por debajo del promedio que establece el banco JP Morgan. El EMBI dominicano es 327.
Países con mejor y peor riesgo
Uruguay, Chile, Panamá, Paraguay y Perú ostentan el “top 5” con indicadores de bonos de mercados emergentes más bajos, al colocarse en 104, 134, 180, 215 y 221, respectivamente. Después están Guatemala (224), Brasil (228) y Costa Rica (289).
A República Dominicana le sigue Colombia, que tiene un EMBI de 348. En el caso de México, aunque se coloca por debajo del promedio en el ámbito regional, supera el promedio a nivel global.
Entre los países con indicadores más elevados figuran: Argentina (2,333), Ecuador (1,863), Bolivia (1,081), El Salvador (1,075) y Honduras (467).
A pesar de que Quisqueya se ubica por debajo del promedio en América Latina y el mundo, es el octavo país de la región con el EMBI más alto.
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