[dropcap]U[/dropcap]sted como consumidor se ha preguntado alguna vez a dónde va la botella plástica que una vez consumido su líquido deposita en algún zafacón o que coloca en algún contén de una calle cualquiera. O cuál es el destino final de un envase del mismo material que por alguna razón ya no usa y prefiere botar.
La respuesta es que una parte continúa yéndose a los vertederos, ríos y playas dominicanas, otra sale del país, a través de barcos, a diferentes naciones donde son reconvertidas y el otro porcentaje del plástico recuperado es utilizado por la industria local para la fabricación de diversos artículos.
El recorrido de una botella que será reciclada se inicia en sectores como La Zurza o calles y barrios aledaños, desde donde son llevadas por colaboradores o residentes del sector hasta el centro de acopio de la Fundación de Saneamiento Ambiental de La Zurza (Fundsazurza).
“El plástico que se recolecta viene de las casas. Se empacan en fundas y se traen al centro de acopio de la fundación y luego a un centro de acopio común que tenemos un grupo de fundaciones. Tenemos un programa piloto que hasta ahora está abarcando unas 200 familias que se les recoge ese material que ellos reciclan desde el origen”, explica el presidente de la entidad, Julio César Peña.
Aunque destaca que en términos económicos el reciclaje no es rentable, sino que lo hacen mirando a la parte social y el impacto medioambiental y a la salud que éste implica, como forma de incentivar esa tarea la fundación intercambia “botellitas” plásticas por juguetes el Día de Reyes o realiza actividades similares en fechas específicas.
De acuerdo con estadísticas de la fundación, sus programas han evitado que más de 900 libras de material pet (botellitas plásticas) terminaran contaminando el río Isabela, utilizándose para la comercialización y artesanía.
“Cuando tú tienes que producir un kilo de pet, que tiene que juntar 21 botellitas, ese negocio no es rentable”, puntualiza.
La penalización a las envasadoras de bebidas gaseosas por las más de cuatro millones de botellas de pet que lanzan diariamente al mercado sin pagar un centavo, para que una vez consumidas sean retiradas de las calles, es una de las propuestas para hacer más atractivo el negocio del reciclaje que hace el ejecutivo de la Fundsazurza.
Los materiales plásticos recolectados por fundaciones como la de La Zurza son comprados luego por empresas recicladoras, como la de los Hermanos Hichez, quienes venden una parte de lo tratado al mercado local y otra a la exportación.
En 2015 República Dominicana exportó en materias plásticas, dentro de la cual entran los artículos a base de este material que fueron reciclados, en el régimen despacho a consumo, US$180.9 millones, aumentando un 6.35% en comparación con el 2014.
Para Ivelysse Pérez, coordinadora interinstitucional de la Dirección de Residuos Sólidos y Asuntos Municipales del Ministerio de Medio Ambiente, los beneficios del reciclaje sobre la economía del país, la salud humana y medioambiental son múltiples.
Pérez explica que cuando se recicla “estamos evitando contaminar el medio ambiente en sus tres vertientes: agua, suelo y aire; estamos alargando la vida útil de los vertederos, porque llegan menos materiales; nos estamos ahorrando energía y estamos dejando de utilizar materia prima, conservando nuestros recursos naturales”
Potencial del reciclaje de plásticos
La industria del reciclaje de plásticos tiene la capacidad de generar aún más divisas para la economía dominicana, pero la forma en la cual éste se exporta es un obstáculo para lograrlo.
El presidente del Centro Atabey, Domingo Contreras, considera que el hecho de que se esté exportando el plástico directamente (las botellas u otros artículos compactados), en vez de enviarlo como materia prima en forma de “bolita”, luego de ser triturado, es lo que impide que no se obtenga mayores ingresos.
El hecho de que en la actualidad República Dominicana carezca de una normativa ha dificultado consolidar un mercado local del reciclaje, puntualiza Contreras.
Empleos
El precio del petróleo ha golpeado la industria del reciclaje de plástico local, algunos negocios viéndose en la necesidad de cerrar sus operaciones, otros, como la recicladora Hermanos Hichez se mantiene, aunque se ha visto en la necesidad de reducir sus empleados.
“Trabajamos con préstamos y el tema económico nos tiene estrangulados. Ahora tenemos 12 empleados y algunos indirectos que trabajan recogiendo plásticos”, declara Reinoso Hichez, socio de la empresa.