Las remesas fungen como ingresos complementarios para las familias más pobres. Esta idea lo confirma el estudio “Desarrollo y remesas: la diáspora dominicana en Estados Unidos y las propuestas del Gobierno del cambio”, que indica que 400,000 hogares reciben remesas, es decir, el 11.4% del total (3.5 millones de hogares).
El informe elaborado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) destaca que la emigración es el resultado de la incapacidad de la economía y la sociedad dominicana de garantizar una vida digna a la población. Pero, además 148 por cada 1,000 habitantes dominicanos emigran.
Residir en el extranjero tiene diferentes objetivos como estudiar, trabajar o buscar una mejoría en la calidad de vida. Sin embargo, República Dominicana no es ajena al panorama global. Según datos del Banco Central dominicano (BC), entre enero-junio del 2023, los residentes enviaron US$443.7 millones, un 33.4% más que los US$332.6 millones del 2022, al mercado exterior.
Cada mes, desde la tierra ubicada en el Caribe sucede la dinámica de enviar divisas a otros países, siendo el 65.8% de las remesas con destino Haití, es decir US$291.9 millones. A este les siguen el 18.5% del dinero enviado a Estados Unidos y 4.2% a Colombia. En menor cantidad, el 2.8% se dirige a México, 5.4% a otras naciones de América, 2.5% a Europa y 0.8% lo comprenden Asia, África y Australia.
El Banco Mundial (BM) destaca que las remesas complementan las transferencias de efectivo gubernamentales y son fundamentales para los hogares en época de necesidad. A nivel global, la entidad estatal proyecta un flujo de remesas de US$656,000 millones en 2023 en los países de ingresos bajos y medianos, un leve crecimiento de 1.3% respecto a los US$647,000 millones del 2022.