[dropcap]L[/dropcap]as bajas tasas de interés se están convirtiendo en una preocupación mundial. Y no sólo se trata del hecho en sí mismo, sino de las causas que motivan a que, en algunos casos, haya bancos centrales cuyas tasas están en el rango de negativas. Una de las preocupaciones es el impacto que tiene en la rentabilidad de los bancos.
En Europa, por ejemplo, el golpe fue sensible para algunos de los 30 bancos incluidos en el Índice Eurostoxx, que debieron pagar al Banco Central Europeo (BCE) para mantener sus excedentes de reservas. Japón, en el caso de Asia, es un caso emblemático al mantener tasas de política monetaria en -0.10% desde hace casi un año. Suiza, el referente europeo, la tiene en -0.75% desde enero del año pasado.
Mario Draghi, presidente del BCE, fue muy explícito en un discurso de principios de mayo en la reunión del Banco Asiático de Desarrollo, cuando afirmó que la tentación es creer que los tipos de interés muy bajos, puesto que generan estas dificultades, son el problema.
A su entender, ahí no es donde está el mayor reto. Afirma que los bajos tipos de interés son el síntoma de un problema subyacente, que es la insuficiente demanda de inversiones a nivel mundial para absorber todo el ahorro disponible en la economía.
Señala que este exceso de ahorro en relación con las inversiones rentables es un fenómeno que está provocando que los tipos de interés se sitúen en niveles muy bajos. Por tanto, dice, la forma correcta de abordar los problemas que plantean los bajos tipos de interés no es tratar de eliminar los síntomas, sino atacar sus causas.
“Para ello necesitamos hacer frente a los determinantes a corto y a largo plazo de esa escasez de demanda y utilizar tanto nuestra política monetaria como otras políticas”, aconsejó.
Explicación
La tasa de interés negativa equivale a tener que pagarle al banco por los depósitos, en vez de que sea el depositante quien reciba algún rendimiento.
Esto, por supuesto, sucede cuando hay un exceso de liquidez y una baja demanda de crédito en el mercado. En lo que compete a República Dominicana, el Banco Central mantuvo su tasa de política monetaria (TPM) en 5% en su reunión de mayo pasado. Ya lleva 12 meses sin variación. Las autoridades monetarias se mantienen al tanto de los movimientos de la Reserva Federal, especialmente por el impacto que pudiera tener en el rendimiento de los bonos dominicanos.
Según las autoridades, la decisión respecto a la tasa de referencia tomó en consideración el balance de riesgos en torno a los pronósticos de inflación, las expectativas del mercado, así como la evolución reciente de las principales variables macroeconómicas. En abril, la tasa interanual de inflación se ubicó en 1.75%, manteniéndose esta variable por debajo del extremo inferior del rango-meta de 4.0%±1% para 2016.
La inflación acumulada en los primeros cuatro meses del año fue de -0.67%, al tiempo que la inflación subyacente interanual, la cual está relacionada con las condiciones monetarias, se ubicó en 1.51% al cierre del cuarto mes del año.
En el ámbito externo, el Banco Central tomando como referencia al Consensus Forecast, apunta a un crecimiento de 2.4% en 2016 y de 2.8% en 2017. En Estados Unidos, sin embargo, el pronóstico de crecimiento se ajustó a la baja de 2.0% a 1.8% para este año, esperándose una recuperación de la economía con una expansión de 2.3% en 2017.
A la luz de estos acontecimientos, según la Autoridad Monetaria, la probabilidad implícita de aumento de la tasa de política monetaria de la FED ha aumentado, a juzgar por los contratos a futuros del mercado, por lo que se espera un posible incremento en los próximos meses.
“Mientras que los factores estructurales determinan los tipos reales a largo plazo, la política monetaria influye en los tipos de interés a corto plazo. No obstante, lo hace solo de forma marginal: los bancos centrales controlan los tipos de mercado en función del nivel que dichas fuerzas estructurales imponen. Ello altera el atractivo relativo del ahorro frente al gasto, y contribuye así a mantener el producto en torno a su potencial y asegura la estabilidad de precios”, según afirma Draghi, presidente del BCE.
En declaraciones recientes, la presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, consideró que las probabilidades de que se produzca la subida de los tipos de interés en la reunión de julio son de un 56%, de modo que parece que entonces será cuando se efectúe el primer movimiento.