La región de Latinoamérica y el Caribe se encuentra en un punto crucial en su desarrollo económico y medioambiental. La necesidad de lograr una transición de la economía tradicional, hacia una más limpia y robusta se ha vuelto imperativo, dadas las crecientes preocupaciones ambientales, como tormentas, inundaciones, huracanes y terrenos, añadiendo los efectos de la economía global y sus percances, en búsqueda de un crecimiento sostenible.
Estado actual de la economía limpia en nuestro país
Hemos experimentado un crecimiento económico constante en las últimas décadas, pero, sobre todo, uno destacable en el mundo en los últimos tres años, pese a todas las calamidades recientes, principalmente impulsado por sectores como el turismo y la manufactura. Sin embargo, este crecimiento ha estado acompañado de desafíos ambientales significativos, como la contaminación del agua y el aire, la degradación de los recursos naturales y la dependencia de los combustibles fósiles.
¿Qué debemos hacer para mantener este ritmo y ejemplo de economía en la Región, sin seguir afectando nuestro medioambiente?
Un primer paso clave es la diversificación de la matriz energética, al invertir en fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica, reduciendo así la dependencia de los combustibles fósiles y disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto implica la adopción de tecnologías más eficientes y la implementación de políticas públicas, como la modificación y actualización de la Ley 57-07 sobre Incentivo al Desarrollo de Fuentes Renovables de Energía y de sus Regímenes Especiales, que promuevan el uso responsable y exenciones fiscales.
Un segundo paso sería invertir en sistemas de transporte público eficientes y promover la movilidad sostenible, como el uso de bicicletas y vehículos eléctricos, contribuyendo a reducir la contaminación y mejorando la calidad del aire.
Un tercer paso es el desarrollo de infraestructuras sostenibles para respaldar la transición hacia una economía más limpia o verde. Sin embargo, esto requiere inversiones considerables, las cuales bien pueden ser de colaboración entre el sector público y privado, que pueden ser logradas a través de diferentes herramientas como ya hemos visto que se han llevado a cabo proyectos de gran envergadura en el país.
¿Cómo logramos el cometido?
La respuesta yace en los siguientes tres ejes:
1. Alianzas estratégicas: Podemos forjar alianzas estratégicas con empresas privadas para financiar y desarrollar proyectos de infraestructura sostenible. Estas alianzas pueden ser destinadas a la construcción de parques eólicos y solares, sistemas de gestión de residuos apoyados por el Fideicomiso Público-Privado DO Sostenible quien tiene la responsabilidad en la materia, y que de hecho ya se tienen ejemplos en práctica, y transporte público sostenible, que bien puede enfocarse el Fideicomiso Público FITRAM sobre esto, ya que el mismo contempla el desarrollo el sistema de transporte masivo en el país.
2. Financiamiento mixto: El Estado Dominicano puede recaudar fondos tanto del sector público como del privado para impulsar proyectos de infraestructura verde, pudiendo ser logrado a través de Alianzas Público-Privadas y Fideicomisos Público-Privados. Asimismo, incluir la emisión de bonos verdes respaldados por el gobierno y la participación de inversores privados.
3. Regulaciones actualizadas: Se deben actualizar las regulaciones existentes sobre el medio ambiente, en orden de poder atraer inversión privada en proyectos sostenibles, ya que la seguridad jurídica y la predictibilidad son elementos cruciales para estas inversiones a largo plazo.
Incentivos para la transición
El Estado dominicano para lograr esta transición hacia una economía más limpia, debería incurrir en la implementación de programas que fomenten la inversión en tecnologías verdes y la adopción de prácticas sostenibles, pudiendo lograrse a través del desarrollo de zonas económicas especiales (ZEE), permitiendo una serie de incentivos fiscales y financieros, para impulsar la participación del sector privado.
Educación en la población
La educación en la población es crucial para lograr la transición, ya que todos debemos comprender los beneficios de una economía más limpia y estar dispuestos a participar activamente en su desarrollo y sostenibilidad. Esto el Estado lo puede lograr cumpliendo los siguientes puntos:
– Programas educativos especializados
– Educación técnica y vocacional
– Campañas de concientización
– Participación ciudadana
– Promoción de estilo de vida sostenible
– Colaboración con instituciones educativas y ONG
– Programa de reconocimiento a la innovación sostenible