Más de 1.3 millones de empresas italianas están dirigidas por mujeres, lo que supone un 22,2 % o casi una de cada cuatro, con mayor presencia en el comercio y la agricultura, revela un estudio presentado hoy por la principal asociación de agricultores y ganaderos del país, Coldiretti.
El 25% de las empresas con liderazgo femenino se dedican al comercio, unas 340,000, mientras que el segundo lugar lo ocupa la agricultura (el 15% y 203,000 empresas) y el tercero, los servicios de alojamiento y restauración (10% y 134,000), se indica en el análisis efectuado con los últimos datos de Unioncamera, organismo que reúne las cámaras de comercio de Italia.
Coldiretti destaca en particular el ascenso de las empresas agrícolas dirigidas por mujeres, del 31.5% en los últimos tres años, según el censo del Instituto Nacional de Estadística (Istat), en un sector “capaz de ofrecer y crear oportunidades de empleo y de crecimiento profesional“.
Las mujeres al frente de explotaciones agrícolas están presentes por toda Italia, aunque es en el sur donde hay más, con más de 25,000 empresas en Sicilia, 23,000 en Apulia y unas 20,000 en Campania.
Aunque la presencia de las mujeres “está revolucionando el trabajo en los campos”, el “verdadero motor de las mujeres en la agricultura son las actividades sociales, desde las granjas escuela hasta las agrícolas, pero también importantes actividades para la inserción laboral de las mujeres menos afortunadas, a menudo víctimas de violencia y abusos”.
El estudio muestra que la mayoría de las empresarias agrícolas son jóvenes y tienen un alto nivel de profesionalidad, hasta el punto de que una de cada cuatro (25%) tiene un título universitario, aunque esos estudios son cada vez con más frecuencia no agrícolas.
Además, más del 50% se dedican a una actividad relacionada con la producción primaria, principalmente la venta directa, el agroturismo y la transformación de productos agrícolas, mientras que más del 60% han optado por la producción ecológica y por una cadena de calidad que tiene en cuenta la sostenibilidad, la protección de la biodiversidad y los recursos naturales, el paisaje y el bienestar animal.
“Las mujeres crean fuertes vínculos con el territorio y son una verdadera guarnición para la supervivencia y el aprovechamiento de las zonas rurales”, añade Coldiretti.