Los países del Caribe se caracterizan por ser economías pequeñas que se enfrentan a un desafío común: la dependencia de un número reducido de sectores económicos y una escasa diversificación en las exportaciones, lo que dificulta la complementariedad del intercambio comercial y subraya la importancia crítica de la integración económica regional. Este proceso no solo promueve la eficiencia y estabilidad económica, a partir de la ampliación de mercados, la especialización e innovación, sino que da a la región mayor influencia a nivel internacional.
Aunque el Caribe cuenta con al menos seis acuerdos de integración que buscan promover la diversificación económica, mejorar la infraestructura y facilitar el comercio, los datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) revelan que el comercio intracaribe representa apenas el 8% de las exportaciones totales, lo que implica que el 92% de las exportaciones se dirige hacia regiones fuera del Caribe (UNCTAD, 2022).
Este desafío no es exclusivo del Caribe, como lo confirma un informe de la Comisión Andina de Fomento (CAF) que analiza la integración en América Latina e indica que la apertura comercial en los últimos 30 años no ha logrado un aumento significativo en la participación en las exportaciones globales de la región, resaltando la importancia de fomentar cadenas regionales de valor y mejorar la infraestructura de transporte e interconexión como elementos clave para superar este obstáculo (CAF, 2021).
La débil integración entre países del Caribe, medido por el índice de conectividad bilateral, dada la dependencia de la conectividad de transporte de los países para importar y exportar sus productos a los mercados mundiales, es notable al comparar las conexiones de transporte marítimo hacia mercados clave con relación a otros países caribeños. Por ejemplo, República Dominicana es el puerto mejor conectado del Caribe con índice de conectividad de 38 puntos y muestra una conectividad mayor con grandes mercados, como: Estados Unidos, Países Bajos, Reino Unido, que, con Cuba, Curazao, Trinidad y Tobago y Guyana.
En términos de subregiones, los principales mercados de República Dominicana se encuentran en Norteamérica, Europa y Asia, con Estados Unidos, Haití y Suiza como los principales destinos receptores. El Caribe es el tercer mercado por el peso que refleja Haití en este último. Este Patrón se repite en países como Jamaica que es el segundo mejor conectado de la región con un índice de 35 puntos (UNCTAD, 2022).
Para lograr la tan necesaria integración regional, se requiere un enfoque en el mejoramiento de la infraestructura logística, el fortalecimiento de la infraestructura de transporte y comunicaciones, y el continuo fomento del desarrollo de cadenas regionales de valor. Estos pasos son cruciales para aumentar la eficiencia y la competitividad de los países caribeños y desbloquear el pleno potencial de intercambio comercial de la región.