La República Dominicana se ha plantado en una posición de liderazgo como mercado atractivo para la Inversión Extranjera Directa (IED). Y en ese sentido, ha emergido como un nodo importante en la recepción de capital de inversión foránea, respaldada por una serie de factores técnicos y económicos que refuerzan su posición frente a otras naciones.
Uno de los pilares fundamentales de este crecimiento es el alto nivel de personal con capacidad para comunicarse en inglés con el que cuenta el país, que se ha fomentado mediante políticas de formación como las del inglés por inmersión. La inversión en programas educativos que fomentan el bilingüismo ha resultado en una fuerza laboral con habilidades lingüísticas esenciales para atender mercados como el norteamericano. A esta capacitación se suma la formación técnica, creando un pool de talento altamente calificado.
Junto a la parte del personal técnico cada vez más cualificado se encuentra la estabilidad jurídica de la que goza la República Dominicana. Este factor es decisivo para las inversiones a largo plazo, así como para la atracción de nueva IED. El marco legal proporciona a las empresas un entorno predecible y seguro para operar en un entorno de baja incertidumbre.
Otra de las claves que se presentan como una oportunidad, pero que a medida que crece la economía también representa un desafío, es el desarrollo de infraestructura. República Dominicana ha presentado un sólido compromiso con la modernización y fortalecimiento de sus redes de comunicación. De hecho, la inversión en telecomunicaciones y tecnología de la información en el país ha sido estratégica para responder a las demandas de empresas extranjeras que se asientan en suelo dominicano.
Y aunque estos factores son clave, definitivamente hay que tomar en cuenta el panorama económico del país. Un crecimiento del 4.9% en el producto interno bruto (PIB) durante 2022 indica una economía resiliente y en expansión, sobre todo tras venir de mucha incertidumbre internacional, ser un país de renta media y haber logrado sostener su ritmo de crecimiento en torno al 5% del PIB en los últimos 20 o 25 años. Estas cifras, junto con políticas económicas que favorecen la inversión, hacen de la República Dominicana un punto focal para corporaciones globales en busca de expandir sus operaciones.
Broadway Support Services (BSS) ejemplifica esta confianza en el entorno dominicano. Desde principios de 2022 hasta la fecha, BSS ha invertido aproximadamente RD$226 millones en territorio dominicano, con planes de expandir su inversión en unos 13 millones de dólares adicionales este año. Además, ha mostrado un crecimiento sostenido en su plantilla, con un número de colaboradores que superó los 600 en 2021 y se espera que alcance la cifra de los 1,000 empleados al cierre de 2023.
Es decir, su impacto como empresa específicamente centrada en el alivio de deuda es notorio. Y aspira a mantener un crecimiento continuo, de acuerdo con las oportunidades de expansión de inversiones que ofrece la República Dominicana.
Dicho en términos más simples, la República Dominicana enfrenta un panorama alentador, pero no exento de retos. A medida que la inversión extranjera directa continúa creciendo, será esencial mantener y mejorar los factores que han hecho del país un destino atractivo para la atracción de estos capitales: formación técnica, estabilidad jurídica, infraestructura adecuada y un clima económico favorable. A nivel global, las tendencias apuntan hacia la innovación, la ampliación en las capacidades de comunicación y transmisión de datos a altas velocidades y libres de interferencia.
Hoy es más necesario que nunca minimizar las incertidumbres sociales, políticas y económicas a nivel interno para poder garantizar inversiones duraderas. Con políticas adecuadas y una visión estratégica, el país puede continuar consolidando su posición en el liderazgo de la recepción de inversión extranjera directa en la región.