Estados Unidos identificó este jueves a 30 países por su capacidad para perpetrar ciberataques y alertó de la peligrosidad de Rusia, China, Irán y Corea del Norte, así como del avance en Internet de grupos terroristas como el Estado Islámico (EI), Al Qaeda y la organización libanesa Hizbulá.
Esa información fue hecha pública en una declaración conjunta que el director de la Inteligencia Nacional (DNI), James Clapper, el subsecretario de Defensa para Inteligencia, Marcel Lettre, y el director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Mike Rogers, entregaron al Comité de Servicios Armados del Senado.
“A finales de 2016, más de 30 naciones estaban desarrollando capacidad para llevar a cabo ataques cibernéticos”, afirmaron en su declaración los tres altos cargos de la seguridad del Gobierno, que este jueves comparecieron en una audiencia de un comité del Senado para hablar de las amenazas cibernéticas para Estados Unidos.
Buena parte de la audiencia se centró en analizar los informes de inteligencia del Gobierno de EE.UU. que afirman que “funcionarios del más alto rango en Rusia” orquestaron unos ciberataques para intervenir en las elecciones presidenciales con el fin de dañar a la demócrata Hillary Clinton y favorecer la victoria de Donald Trump.
Clapper reafirmó que Rusia llevó a cabo ciberataques para tratar de interferir en las elecciones presidenciales de noviembre y adelantó que la semana próxima se publicará un documento con información desclasificada al respecto.
Clapper compareció en una audiencia en el Comité de Servicios Armados del Senado sobre esos ciberataques atribuidos a Rusia y cuyo objetivo fue, según la inteligencia estadounidense, ayudar al republicano Donald Trump a ganar las elecciones presidenciales.
Rusia ha negado su implicación y Trump, ahora presidente electo, también ha puesto en duda las conclusiones de las agencia de espionaje de EE.UU.
Según subrayó Clapper durante la audiencia, la comunidad de inteligencia sostiene ahora “con mayor firmeza” que en octubre, cuando divulgó sus primeras conclusiones al respecto, que Rusia quiso interferir en las elecciones no solo con ciberataques, sino con una estrategia “multifacética” que incluyó también propaganda y desinformación.
El jefe de la DNI no entró a valorar si la injerencia rusa influyó en el resultado de las elecciones, ganadas por Trump frente a su rival demócrata, Hillary Clinton, y tampoco dijo si las acciones rusas fueron un “acto de guerra” al ser preguntado por los senadores.
Clapper, Lettre, y el director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Mike Rogers afirman que Rusia es un “actor cibernético” que representa una “amenaza importante” para el Gobierno y la infraestructura militar, diplomática y comercial de EE.UU.
“Evaluamos que solo funcionarios del más alto rango en Rusia pudieron haber autorizado los recientes robos y revelaciones centrados en la elección (en EE.UU.)”, aseguran en la declaración.
El Gobierno del presidente saliente de EE.UU., Barack Obama, impuso la semana pasada sanciones diplomáticas y económicas a Rusia en represalia por los ciberataques.
Obama recibirá este jueves un informe clasificado de inteligencia sobre esos ciberataques y, por su parte, Trump se reunirá este viernes con los responsables de la CIA, el FBI y la DNI para conocer detalles sobre el espionaje ruso.
Según publicó este miércoles el diario The Wall Street Journal, Trump, quien asumirá la Presidencia el 20 de enero, tiene intención de reformar los servicios secretos del país ante la creencia de que algunas agencias están sobredimensionadas o politizadas.
En su declaración conjunta, los tres miembros del Ejecutivo mencionan a 30 países, pero solo identifican a China, Irán y Corea del Norte, además de a Rusia.
“Pekín continúa llevando a cabo espionaje cibernético contra el Gobierno de EE.UU., nuestros aliados y las compañías estadounidenses”, aseguraron los funcionarios en su declaración.
Además, según EE.UU., Teherán perpetró en 2012 y en 2013 ataques cibernéticos contra el sector financiero estadounidense y, durante años, ha usado el ciberespionaje, la propaganda y los ataques en Internet para tratar de debilitar a Estados Unidos y a sus aliados en Oriente Medio.
Sobre Corea del Norte, los funcionarios afirman que Pyongyang “sigue siendo capaz de lanzar ataques cibernéticos perjudiciales o destructivos para apoyar sus objetivos políticos”, como mostró el ciberataque sufrido por la compañía Sony a fines de 2014 y del que el presidente, Barack Obama, responsabilizó al régimen norcoreano.
Especialmente preocupante para EE.UU. es el uso de Internet del Estado Islámico, Al Qaeda, Hizbulá y Hamás, grupos considerados terroristas por Estados Unidos y que usan las redes para “recopilar información, coordinar operaciones, recaudar fondos, difundir propaganda e incitar a la acción”.
El Estado Islámico ha usado Internet para llamar a los “lobos solitarios” a llevar a cabo atentados inspirados por la ideología de la organización radical en diferentes partes de Occidente.
El último ataque de este tipo se produjo el 19 de diciembre en Berlín cuando el tunecino Anis Amri irrumpió en un mercado navideño con un camión, matando a doce personas e hiriendo a más de 50.