La Bula in Apostulatus Culmine, de fecha 28 de octubre del 1538, la cual fue expedida por el papa Paulo III, es la fuente de creación de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la cual tuvo como modelo inicial a la Universidad de Alcalá de Henares. Desde sus inicios a esta parte, la UASD ha pasado por momentos de gloria, pero también por períodos difíciles que han llevado a la sociedad a cuestionar hasta su permanencia como institución de educación superior.
Como todo, la situación de la UASD tiene sus pecados originales, sus verdugos preferidos y sus detractores de turno. Pero también esta entidad ha sido el reflejo de la evolución, de una sociedad que se dice moderna, tecnológicamente avanzada, pero que al mismo tiempo no logra resolver de manera definitiva los problemas de marginalidad, desigualdad y pobreza de una parte importante de su población. Pero la UASD es el reflejo, y probablemente un daño colateral, del funcionamiento de un sistema de partidos venido a menos, y que ha dañado a todo conglomerado social al que ha tocado.
A pesar de lo anterior, la UASD continúa siendo un componente en el mercado de educación universitaria, teniendo casi la mitad del total de estudiantes matriculados en el sistema. Adicionalmente, miles de jóvenes de escasos recursos de todo el país han logrado realizar una carrera universitaria y avanzar en su proceso de crecimiento individual y profesional, a pesar de los reclamos porque se mejore la calidad de la formación que reciben. Eso quiere decir que esta entidad juega un rol importante en el proceso de desarrollo del país, sobre todo por su alcance y cobertura.
Pero lo que más tiene que quedar claro es que, en este punto del partido, la UASD o se transforma o muere, así de simple; y hay áreas neurálgicas en las que esta entidad debe enfatizar. La gobernanza, por ejemplo, debe cambiar en la UASD. Demasiados gobiernos juntos es nocivo y poco funcional en estos tiempos modernos para cualquier organización, ya sea pública y privada. La transparencia en el manejo de los recursos que aporta el Estado también es un elemento vital en cualquier proceso de transformación, lo mismo que la mejora en la gestión administrativa y financiera.
Los temas de admisión y selección de estudiantes, mejoras en los servicios de registro, internacionalización de la universidad, virtualización y diversificación de la oferta académica, prestación de servicios son todas áreas de transformación. Pero, al final, lo que más importa, es que la UASD se reconcilie con el Estado, porque sin el apoyo del Gobierno no habrá transformación que valga.