El auditor tiene como función principal hacer cumplir las normas establecidas por el banco para todos sus procesos. Sin embargo, en muchos países ven a este funcionario bancario como un policía dentro de la institución financiera.
Así lo explica Antonio José Morales de Quezada, vicepresidente Comercial Internacional del Consorcio Internacional de Consultoría (CICSA), al tiempo de explicar que el auditor es el que se “jala los pelos” cuando hay alguna situación anómala en la institución para la cual trabaja y se pregunta por qué vulneraron los controles.
Explica que cuando hay que presentar un reclamo en las políticas bancarias, por ejemplo, el asegurador puede negarse a pagar porque no se presentaron los documentos en los tiempos establecidos. “Los auditores deben tener claro que ellos están para chequear que todos los procesos del banco se cumplen como fueron orientados”, indica.
A su entender, siempre será importante identificar aquellas áreas que son “bastante conflictivas” y requieren una vigilancia mayor que otras, aunque todas las demás secciones están sujetas a los procesos por igual. Afirma que el Departamento de Auditoría no puede funcionar “a sugerencia de”, sino sólo apegada a las normas establecidas.
“A veces podría alguien preguntarse qué puede pasar en el Departamento de Recursos Humanos. Y digo que puede pasar mucho. Si no se selecciona debidamente a las personas que van a ingresar al banco, por ejemplo, podría haber dificultades. El área de crédito en nuestra organización, en Chile, no atiende público, sino lo que hace es dictar las políticas de otorgamiento de créditos a personas, Pymes, empresas y otros”, explicó.
Morales de Quezada considera que el día que un banco se queda fuera de canje es porque algo muy grave está sucediendo en su interior, ya que hoy día los procesos de información están bien demarcados.
El experto, al hablar con el periódico elDinero, considera que la única razón para que un banco quiebre o tenga problemas financieros, está relacionada con la aplicación de políticas erradas en su conducción por parte de sus ejecutivos. Puso como ejemplo que Chile, en su crisis de principios de los 80, sufrió porque no tenía una central de riesgo lo más acabada posible, ya que no contaba con información actualizada de los deudores.
Préstamos a vinculados
Sobre los préstamos a vinculados, como una práctica que ha sido la causante de muchos de los problemas de los sistemas financieros de la región, explicó que en Chile, por ejemplo, fue desterrada tras la crisis. “Esa práctica de créditos vinculados no es posible, bajo ninguna circunstancia”, sostuvo.
Considera que la cartera de créditos vinculada afecta el patrimonio. Aclara que en Basilea I se hallaban estas observaciones y en Basilea II simplemente aparece como inconcebible, mientras que en Basilea III se comienza a aplicar. Indicó que Chile ya está en este proceso de implementación. Sin embargo, entiende que pudiera haber excepciones cuando exista alguna línea bien definida que no afecta nada de la entidad.
Respecto al sistema financiero dominicano, Morales de Quezada afirma que lo ve bastante bien, pero cuestiona el hecho de que “no sabe si la torta alcance para tanta gente”. Prefiere un país con diez entidades muy bien acotadas a uno con 40 que no tienen razón de ser. A su juicio, hay mucha dispersión.
Preguntado sobre las características del sector bancario de Panamá, aclara que ese país tiene tres figuras bancarias: la primera es la de la calle, que domina el Banco Nacional de Panamá, y a partir de ahí hay alrededor de ocho actores similares. El otro nivel, el segundo piso, hay 70 bancos y el tercero tiene otra cantidad.
“La banca panameña es muy de fronting. La banca de depósito diario, retiro y tomar créditos todos los días no es mucha. Parece un escándalo que digamos que hay más de 100 bancos, pero no es así, pues hay que ubicarlo en su nivel. El nivel calle, donde la gente abre una cuenta corriente y otros servicios, no llega a diez”, explicó.
Para Morales de Quezada, la banca se irá fortaleciendo con el tiempo y a la larga, quizá, se convertirán en “supermercados de servicios financieros”, ya que la diferencia talvez estará en la tasa de interés.
Gobierno corporativo
El experto considera que las empresas del sector financiero necesitan aún más de un gobierno corporativo bien diseñado, pues si no es así jamás se lograrán resultados satisfactorios. “El gobierno corporativo no es una moda, sino que nació en 1939, en Panamá, y en 1993 se aplicó en Colombia, pero fueron letra muerta porque en la práctica era un saludo a la bandera; hoy en día no, ahora las prácticas dentro de este esquema son muy importantes tomarlas en cuenta”, explicó.
Refirió que la práctica de gobierno corporativo no se aprende en estudios largos de universidades, sino que son seminarios o talleres avalados por centros de estudios superiores que muestran cómo hacerlo. Indicó que en Chile, luego de haberse aprobado la Ley de Gobierno Corporativo, ya a muchos no les interesa ser director por las penas que conlleva hacer las cosas mal. Según los números, estima, de diez hay siete que son externos.