República Dominicana bajó 7 puntos en el Índice Global de Innovación 2018, dedicado al tema de la energía, pasando del puesto 87 al 79. Chile y Costa Rica siguen liderando Latinoamérica, en los lugares 45 y 54, respectivamente, en este ranking anual de unos 130 países.
En el año 2040, el mundo demandará 30% adicional a la energía que demanda hoy, según los pronósticos del Índice Global de Innovación 2018, puesto a circular hace unas pocas semanas, con el título “Energizando el mundo con innovación”.
Esta demanda de energía sin precedentes será impulsada especialmente por los países donde la población está creciendo y donde la gente está luchando por salir de la pobreza a través de la inmigración del campo a la ciudad.
Estos cambios demográficos, la creciente industrialización y la inmensa demanda de energía de las economías de altos ingresos están presionando el cambio climático, cuyo desafío no será posible superar si no es a través de la innovación en todas las fases de la cadena de valor de los sistemas energéticos, es decir, en las etapas de generación, distribución, transporte y almacenamiento de energía.
“La visión convencional de la generación de energía es insostenible de cara al cambio climático”, sostienen los autores de la publicación, “por lo que la innovación en el campo de la energía es crucial para el crecimiento global, para evitar una crisis ambiental y para la seguridad energética”.
Para superar este enorme reto, el informe de más de 429 páginas publicado por la Universidad de Cornell, pone claramente el énfasis en la generación de energía más limpia, la eficiencia energética en la generación convencional, la diversificación y el acoplamiento de las distintas fuentes de energía, así como el almacenamiento y la modulación de la energía generada.
Entre los hallazgos de los autores, que investigan anualmente el estado de la innovación en aproximadamente 130 países, se destacan las políticas públicas, la institucionalidad y la sofisticación en los negocios como las claves para impulsar la innovación en la industria energética.
En todas las ediciones anuales del Índice Global de Innovación se demuestra un vínculo positivo entre la innovación, el desempeño y el nivel de desarrollo de una economía medido por el PIB per cápita.
De igual manera, se observa consistente que las economías de altos ingresos son más innovadoras cuando sus estructuras económicas, y por lo tanto sus carteras industriales, son más diversas. En sentido general, las economías en todos los niveles de desarrollo resultan ser más innovadoras cuando tienen una cartera de exportaciones más diversificada.
El acceso a la energía continúa siendo una prioridad insatisfecha en muchos países en desarrollo, pese a que es un pre-requisito para lograr niveles básicos de condiciones de vida, el desarrollo económico y niveles básicos de equidad.
“En el contexto del Índice Global de Innovación, la energía es un insumo necesario para la innovación”, realza el informe correspondiente a 2018. De manera que hay mucho por hacer en este 2019, declarado por el gobierno “Año de la Innovación y la Competitividad”.