Ser proactivo le ha dado excelentes resultados a las autoridades monetarias. Durante los últimos años se han presentado episodios de volatilidad en el mercado interno, a veces influenciado por razones externas, que han movido la acción de quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones.
Este año, sin lugar a duda, ha sido de grande retos para las autoridades monetarias de República Dominicana, ya que se han visto en la necesidad de ser proactivas en más de una oportunidad, tratando de adelantarse a cualquier capítulo de inestabilidad. Mantener a raya los precios, aunque en algo ha ayudado la leve caída en el consumo, y la estabilidad en la tasa de cambio, ha sido toda una prueba de gerencia.
Hacer política monetaria en un contexto de dificultades, con un déficit cuasi fiscal que no ayuda, resulta una tarea difícil y que si es positiva, como es el caso, merece un reconocimiento especial.
La verdad hay que decirla: la depreciación de la moneda ha sido menor a la del año pasado cuando se comparan los ocho primeros meses. Entre enero y agosto de 2019 ha sido de a penas un 2.0%, mientras que en este mismo período se ubicó en 3.0%.
Lo que dicen las autoridades tiene asidero: La creciente incertidumbre del entorno internacional, asociada principalmente a las disputas comerciales entre Estados Unidos de América y China y el escalamiento de las tensiones geopolíticas en distintas áreas del mundo, ha provocado una apreciación del dólar estadounidense a nivel internacional y, consecuentemente, presiones cambiarias en el resto de las economías avanzadas y en las emergentes que se han exacerbado en los meses recientes.
República Dominicana no puede darse el lujo de retroceder en su estrategia de mantener estabilidad en los principales indicadores, tales como los precios y la tasa de cambio. Quizá es necesario comenzar a pensar en cómo enfrentar una situación peor en el mediano y largo plazos, pero, mientras tanto, lo que se tiene hoy es preciso cuidarlo como lo más preciado.
A lo único que se puede aspirar como economía en expansión, a pesar de los retos respecto al desarrollo humano, es a que se mantenga la estabilidad macroeconómica. Sin ella, es pertinente repetirlo cuando veces sea necesario: pierde el país.