El Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES) consideró que la inevitable reducción de ingresos fiscales impone la necesidad de reformular el Presupuesto para este 2020, utilizándose como referencia la ejecución presupuestaria de 2019.
En un documento que tituló “Economía dominicana bajo covid-19, perspectivas a futuro y propuestas de políticas públicas”, la entidad asegura que la crisis sanitaria que vive el mundo hoy tendrá implicaciones de vidas humanas, en los servicios de salud e alcances económicas de mayor envergadura.
A su entender, uno de los principales impactos proviene de las medidas de contención y aislamiento, cierres de fronteras, ruptura de la cadena productiva mundial, cancelación de inversiones y reducción del consumo de bienes y servicios.
El CREES estima que estos factores combinados van a producir una fuerte contracción de la economía mundial. Sostiene que, junto con proyecciones de débil desempeño económico de las economías avanzadas, ha aumentado la percepción de riesgo de los emisores de títulos corporativos y soberanos de economías emergentes.
En base al contexto internacional en el que se desenvolverá la economía dominicana, CREES estima que habrá una menor entrada de divisas al país. Tanto las exportaciones, el turismo, las remesas y las inversiones extranjeras directas van a disminuir, y por ello la menor entrada de moneda fuerte. Esto sucederá a pesar de un ahorro importante en la factura petrolera y un incremento en las exportaciones de oro.
La economía dominicana presentará una fuerte contracción económica durante 2020 influenciada por la recesión mundial, parálisis en el turismo e impacto de las medidas de contención internas. Todos los sectores sentirán el impacto negativo del ambiente económico en que se desenvolverá la economía dominicana con excepción de salud, explotación de minas y canteras, y administración pública, defensa y otros servicios. La reducción en la actividad económica implicará más trabajadores desocupados, tanto formales como informales.
Por otro lado, según el análisis, el nuevo entorno económico afectará las finanzas públicas con menor recaudaciones de impuestos, dada la caída en la actividad económica y el mayor desempleo. Esta reducción de ingresos fiscales impone la necesidad de reformular el presupuesto para el año 2020, utilizándose como referencia la ejecución presupuestaria del año 2019. En todo caso, existe la necesidad de destinar mayores recursos al sector salud para compras de insumos, pruebas y logística médica; así como para construcción y reconstrucción de obras de salud. Por esto, se requeriría una reasignación de gastos entre las distintas instituciones del Estado para adaptarse a una nueva realidad.
Antes de la crisis del covid-19, República Dominicana presentaba poca flexibilidad en la política fiscal debido al alto endeudamiento público y su costo. La coyuntura actual conllevará mayor emisión de deuda por un mayor déficit fiscal. Los pagos de intereses de la deuda pública seguirán penalizando la formulación y ejecución de presupuestos hacia futuro. En consecuencia, se requerirá mayor disciplina y transparencia en la ejecución presupuestaria en lo adelante.
En cuanto al ámbito monetario y financiero, menor ingreso de divisas y un déficit fiscal mayor podrían mantener la presión sobre el tipo de cambio. La política monetaria expansiva que se ha aplicado en las últimas semanas ha permitido reducción en las tasas de interés de mercado. Sin embargo, las medidas adoptadas podrían tener un efecto solo en el corto plazo. En el mediano y largo plazos, la posición patrimonial débil y pérdidas anuales del Banco Central, impondrán menor flexibilidad en la política monetaria. En consecuencia, CREES estima que las reservas internacionales van a reducirse en 2020.
Para el CREES, la actual crisis hará evidente que el modelo económico basado en gasto y endeudamiento públicos, y estímulos monetarios artificiales frecuentes que promueven el endeudamiento privado, está agotado. A partir de esta coyuntura, será obvio que República Dominicana requiere transformaciones profundas en los ámbitos institucionales, judiciales, políticos y económicos. Desde el punto de vista económico, el verdadero estímulo económico proviene de la creación de condiciones para mayor inversión y producción, que generan empleos productivos.
En consecuencia, señala, deben aplicarse políticas públicas que reduzcan las barreras a la inversión y la estructura de costos interna. Modificaciones o cambios en la política económica deben asumirse lo antes posible para que el daño no sea mayor. CREES propone medidas que deben asumirse de inmediato y reformas estructurales que no deben tardar 180 días en aplicarse.