[dropcap]L[/dropcap]os indicadores sobre el crecimiento de la economía medida por el Producto Interno Bruto (PIB) no siempre reflejan la realidad de lo que pudiera estar sucediendo en una empresa, en un sector económico o en una nación, debido a que muchas veces las metodologías, aunque aceptadas oficial y universalmente, no son las más efectivas.
Un ejemplo de lo anterior es la medición que se hace con base en los precios y no en los niveles de producción.
Por ejemplo, suponga que usted tiene una empresa que produce aguacates para exportación y que en el año 2013 usted produjo 4 millones de unidades en una extensión de terreno de 1,000 tareas y para ese proceso utilizó los servicios de 200 trabajadores en el campo a quienes pagó en promedio un salario de RD$10,000.00 mensuales.
Esos aguacates usted los vendió a razón de 50 centavos de dólar la unidad en el mercado exterior, lo que le generó un ingreso bruto de 2 millón de dólares. De esas divisas, cambió a pesos dominicanos, pagó salarios, transporte, logística, impuestos y, por supuesto, obtuvo buena ganancia.
Entonces, al año siguiente, en 2014, la demanda externa de aguacates bajó, pero los precios subieron.
Usted redujo la producción a 3 millones de unidades en la misma extensión de terreno, para lo que utilizó solamente 150 trabajadores, lo cual indica que bajó su nómina de empleados.
Pero vendió en el exterior esos aguacates a razón de 75 centavos de dólar la unidad, lo cual le generó ingresos brutos por 2 millones 250,000 dólares.
Al medir el crecimiento de su empresa con base en los ingresos brutos, es decir, con base en los precios, el resultado es que esa empresa creció 12.5% al pasar de 2 millones de dólares a 2 millones 250,000 dólares de un año a otro. Con la ventaja de que sus niveles de gastos se redujeron, porque pagó menos empleados.
Sin embargo, la producción interna de esa empresa se redujo en -25% al caer de 4 millones de aguacates a 3 millones de unidades. Además, usted también redujo su nómina de 200 a 150 empleados (-25%).
Aquí hay una empresa cuyo dueño alcanzó mayores beneficios y menos gastos, pero en la comunidad donde opera su empresa la actividad económica se deprimió, pues 50 padres de familia se quedaron sin empleo, lo que indica que hubo menos demanda de bienes y servicios, las ventas de los comercios se cayeron, los negocios colaterales alrededor de la finca productora de aguacates vieron reducir sus ventas, los trabajadores que siguieron en sus puestos también bajaron el consumo, tomando en cuenta que estaban también en riesgo de perder sus empleos y la economía alrededor de la empresa fue completamente afectada.
Ese es el caso de una empresa, pero puede ser el mismo ejemplo, guardando las diferencias, para uno o varios sectores productivos completos y hasta para medir el PIB entero del país.
Viéndolo desde ese punto de vista, si se tratara de la economía medida por el PIB con base en los precios, como se hace regularmente, el Banco Central habría anunciado que el crecimiento fue de 12.5%, lo cual es cierto.
Pero ocurre que ese crecimiento no se tradujo en una mejoría para el país, sino que, por el contrario, hubo una caída del empleo y una reducción en la productividad, a pesar de la exhibición de ese robusto crecimiento de 12.5%.
Lo anterior es solamente una forma de explicar de manera sencilla y sin muchas formulaciones lo que ocurre en República Dominicana cuando vemos que la economía crece y crece, pero los niveles de pobreza siguen prácticamente igual y la calidad de vida de la gente no mejora.
Hay “iniquidad” e “inequidad” en la distribución de las riquezas. En el ejemplo que hemos presentado, el único beneficiado fue el propietario de la empresa, mientras los demás componentes que la integran, incluidos los empleados, resultaron perjudicados.