Por Maria Auxiliadora Amaya, Business Director Nielsen República Dominicana
No cabe duda que el covid-19 ha impactado las dinámicas de consumo en República Dominicana y en el mundo. A finales de febrero, los dominicanos observaban muy distante la propagación del virus en el país, que comenzaba a tener impacto en Europa, cuyos ciudadanos tienen a la isla como un destino turístico predilecto.
El primer caso de coronavirus se presentó el primero de marzo y al cabo de 2 semanas el número de infecciones y muertes asociadas al virus crecieron exponencialmente, ocupando el segundo lugar de Centroamérica y el Caribe con mayor número de casos de covid-19. Dicha situación generó pánico en la población y por consiguiente, compras nerviosas.
Antes de que iniciara la cuarentena, las compras en supermercados crecieron más del 55% en promedio vs. la misma semana en 2019. Compras de alimentos y limpieza resaltan como categorías de mayor crecimiento durante marzo y abril, canastas como lácteos crecieron +60%, alimentos +53%, cuidado del hogar y cuidado personal +56%, respectivamente. Los compradores están priorizando las compras del hogar, sacrificando gastos en categorías de impulsivos y licores.
La intensificación de la demanda de esas categorías, genera un reto a fabricantes y retailers para lograr el abastecimiento adecuado en las tiendas, teniendo también en cuenta la complicación en la logística de distribución. La prioridad de garantizar el stock, reposición en la tienda en un horario de apertura restringido, con aumentos de los costos operativos, se convirtió en lo cotidiano durante las últimas semanas para los retailers en República Dominicana. Así como también la disminución de personas en las tiendas pero el aumento del ticket promedio de compra, en línea con cubrir las necesidades de al menos 2 o 3 semanas.
El consumidor latinoamericano y dominicano afirma tener en promedio abastecimiento en su despensa para 3 semanas, lo que ha posicionado al canal autoservicios como principal medio para la compra, con compras de reposición del 20% en abril.
En cuanto al canal moderno, las canastas que más se han beneficiado, semanas posteriores al primer caso confirmado de covid-19, son alimentos (+46%), cuidado del hogar (+38%) y bebidas no alcohólicas (+28%), mientras que licores (-16%) y confiterías (-13%) han sido las más afectadas, comparando con las mismas semanas del año anterior.
Por su parte, consumidores de bajos recursos, quienes siguen siendo dependientes del canal tradicional, están demandando productos que hoy no encuentran en la tienda o se encuentran colmados que han tenido que cerrar. Para marzo cerca del 20% de los colmados estaban temporalmente cerrados.
Podemos visualizar migración de compras hacia el canal moderno incentivado por la disponibilidad de productos, accesos de más personas por la ayuda de la tarjeta de alimentación (ayuda gubernamental) y accesibilidad a varios supermercados en el país, así como también su fortalecimiento por las opciones de compra online.
Sin embargo, el canal tradicional es uno de los más relevantes en el mercado de productos de consumo masivo en República Dominicana, representando más del 80% de la facturación, esta tendencia es posible no cambie posterior al covid-19, teniendo en cuenta que una gran parte de la población es dependiente de las compras diarias en el colmado más cercano a su hogar.
Es evidente que los hábitos y compras de los consumidores dominicanos han cambiado a raíz de la pandemia, por lo que tanto retailers como fabricantes deben prepararse y adaptarse a esta nueva “normalidad” para poder sobrevivir al cambio y suplir las necesidades de los consumidores dominicanos en medio de la pandemia que hoy nos afecta.